El pasado 6 de septiembre la vida de la joven Olga Núñez se apagó para siempre. Fue una de las dos víctimas mortales del trágico choque entre un tren que viajaba a Mérida y un camión que trabajaba en las obras del AVE, cerca de la localidad de Carmonita.

Hace poco más de un mes, pero su recuerdo sigue muy vivo. Profesores, alumnos, compañeros, amigos y familiares de Núñez le rindieron ayer un emotivo acto de homenaje en la Facultad de Formación del Profesorado de Cáceres, donde la joven emeritense de 19 años estudiaba Magisterio por Lengua Extranjera desde hacía dos años. En su memoria y tras la intervención del decano del centro, varios profesores y la delegada de la clase, plantaron un árbol en una de las zonas ajardinadas de la facultad para mantener su recuerdo. Allí sus compañeros quieren colocar ahora una placa.