Son uno más entre los 280 temporeros irregulares que ayer habitaban el campamento de Cruz Roja en Almendralejo. Pero su historia es distinta. Forman un grupo de 25 rumanos que llegaron a España tras pagar 250 euros por un viaje que iba acompañado de una promesa de trabajo en el campo a cambio de un salario de 1.000 euros al mes. El anuncio lo encontraron en un periódico local de su ciudad, Arad, una población situada a unos 850 kilómetros de Bucarest, la capital de Rumanía.

La Brigada de Extranjería y Documentación de la Policía Nacional desarticuló la banda que trajo a estos inmigrantes irregulares a España. El pasado domingo se detuvo a Iosif I., un rumano de 39 años que había participado de intermediario en el traslado hasta Badajoz de los estafados. Al detenido se le acusa de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y la investigación continúa abierta.

Ahora, los 25 rumanos ocupan una tienda de campaña del campamento de Cruz Roja. Son 9 mujeres y 16 hombres. Una de ellas reconoce que están "muy agradecidos al trato que nos ha dado la policía y Cruz Roja". El más joven tiene 22 años y el más veterano, 55. Aseguran que no se conocían de nada y que ninguno había abandonado antes Rumanía para trabajar en otro país. En su ciudad, se dedicaban a empleos cotidianos. Así, entre los estafados hay albañiles, carniceros, cocineros o conductores. Sus sueldos en Rumanía eran inferiores a los 100 euros al mes y la promesa de los miembros de la mafia era que en Tierra de Barros ganarían diez veces más cada mes trabajando en las tareas de recolección.

El futuro de estos rumanos pasa ahora por intentar permanecer en Almendralejo. "La idea que tenemos es la de seguir en España, buscar un trabajo y recuperar lo antes posible el dinero que hemos perdido para poder empezar a enviar euros a casa", explica uno de los rumanos. Para ellos España es "un lugar perfecto para encontrar un empleo y mejorar la situación", tal vez esta idílica imagen facilita que las mafias en Rumanía sean habituales, según confirman los propios rumanos estafados.