Pasan unos minutos del mediodía y los trabajadores de Intemexsas están nerviosos. Se enfrentan a su primer Consejo de Administración. Tienen que defender las cuentas del año pasado ante dos de sus consejeros delegados. Por suerte, cerraron con 600.000 euros de beneficios, de modo que la tensión poco a poco se va rebajando según exponen los resultados de cada departamento (marketing, recursos humanos, compras...). Y la reunión termina con un aplauso.

Hasta aquí, no hay grandes diferencias con lo que ocurre en la mayoría de las empresas cada cierto tiempo. Pero la sede de Imedexsas --unas oficinas en pleno centro de Cáceres con todos los complementos (del recepcionista a la sala de juntas) habituales en este tipo de centros laborales-- alberga en realidad una "empresa simulada". Forma parte del programa Empresas de Experiencia, que proporciona cualificación profesional a sus participantes.

"El único requisito para entrar es ser demandante de empleo, no tenemos límite de edad. Eso sí, solemos recibir a gente con estudios en la rama comercial o administrativa (ya sea de formación profesional o universitaria e incluso gente sin estudios pero con experiencia y que se quiere reciclar)", explica María Luisa García, formadora del departamento de administración. Quienes participan en esta iniciativa tienen el mismo horario y trabajo que tendrían en la empresa espejo --en este caso, Imedexsa, firma cacereña especializada en la construcción de torres metálicas para tendidos eléctricos--, aunque no reciben remuneración.

¿Qué les motiva entonces? se preguntarán muchos. "La posibilidad de adquirir conocimientos prácticos sobre el trabajo que realizarán en una empresa de verdad, exactamente lo que tendrán que hacer allí (desde atender la recepción a llevar la contabilidad o crear un catálogo)", apunta Raquel Flores, formadora del departamento comercial. Ellas orientan a los alumnos-trabajadores y les van encargando distintas tareas, que desempeñan en un entorno similar al mercado en el que se insertarán en el futuro, aunque simulado.

"Trabajamos en contacto con una serie de empresas simuladas, con las que realizamos todo tipo de intercambios comerciales", detalla Flores. Y es que forman parte de una especie de universo comercial paralelo que incluye empresas de todos los ámbitos, bancos, Agencia Tributaria, Seguridad Social... En concreto, la central de simulación con todos los servicios centrales que precisan las empresas se ubica en Barcelona. Así, las empresas simuladas tienen que elaborar sus correspondientes informes de mercado simulados y temen sus correspondientes inspecciones de trabajo.

Lo que no es simulado en absoluto es el nivel de inserción laboral de los participantes. "De los 1.035 alumnos-trabajadores que participaron el año pasado, 535 están trabajando", comenta Hilario Echevarría, miembro de una de las consultoras que desarrollan el proyecto en Extremadura. Además, cuenta con la financiación de la Junta, a través del Sexpe, mientras que la Confederación Regional Empresarial Extremeña (CREEX) es la entidad promotora.