Pertenece a un grupo de medicamentos llamados inhibidores de la bomba de protones (que disminuye la secreción gástrica). Es un antiulceroso y se utiliza para el tratamiento de úlcera de estómago y/o duodeno, esofagiitis por reflujo moderada y severa y úlceras por infección de H.plyori en combinación con otros medicamentos".

Quién no se ha topado alguna vez con dificultades para entender las indicaciones de la medicación que debe tomar. Según un estudio, más de la mitad de los pacientes (entre un 52 y un 54%) no entiende los prospectos de los medicamentos, en gran medida por el lenguaje técnico empleado, a veces impreciso y ambiguo.

Con este objetivo, la Agencia Española del Medicamento ha creado el Comité de Lectura de Prospectos de Medicamentos, para que los ciudadanos reciban una información que sea entendida fácilmente. Según este órgano, cuando el paciente ha abandonado la consulta y la farmacia, el prospecto es la única herramienta de información para el enfermo.

En los países desarrollados, más del 84 por ciento de la población hace uso de este documento, sin embargo la gran mayoría no entiende parte del texto por la forma en que está redactado. Según los expertos, este hecho no guarda relación con el estado sociocultural del paciente, al afectar a personas de todos los niveles educativos.

RIESGOS DEL MAL USO

Esta situación puede llevar a un mal uso del fármaco que ha sido recomendado por el médico. Ante las dudas, gran parte de la población hace caso omiso a las indicaciones, mientras que otros optan por el método del médico en casa y la dosificación personal. De igual manera, en este estudio se ha constatado como frecuente el abandono del tratamiento farmacológico ante la enumeración de posibles efectos secundarios del producto.

Los expertos recomiendan que, ante cualquier duda, el paciente se dirija consulte en su oficina de farmacia cuando no encuentren una explicación a términos como posología o pauta, pero también para algunas más complicadas como angioedema o flatulencia.

Entre los sectores poblacionales con más dificultades para entender los prospectos se encuentra la tercera edad, según se desprende de una investigación realizada sobre los medicamentos más dispensados en farmacia.

A los problemas señalados se unen otras complicaciones para las personas mayores, como el uso de colores similares en los envases y presentaciones idénticas entre fármacos diferentes pero del mismo laboratorio, en los que varía únicamente el nombre o la dosificación.