El cisma en el PSOE de Villanueva de la Serena está llegando demasiado lejos. Ayer tuvo lugar el último episodio de una guerra de la que se puede decir de todo menos que es sorda, y que libra el anterior ´hombre fuerte´ del socialismo villanovense y exalcalde, Francisco García Ramos, con el actual, el alcalde Miguel Angel Gallardo y secretario general de la agrupación.

García Ramos tiró con bala y acusó a Gallardo de hacer y deshacer según su conveniencia política, y de quitarle el empleo a sus enemigos internos. Así, dijo que el responsable municipal vetó para trabajar en el empresa municipal Navisa al marido de la exconcejala Tomasa Balsera y de despedir de su empleo municipal al hijo de ésta. García Ramos, que maneja la puesta en escena, lo dijo en una rueda de prensa en la que se rodeó de Balsera, de su marido y de sus hijos, a quienes puso como las víctimas del comportamiento de Gallardo, que persigue a vecinos y afiliados "por sus ideas, por no arrodillarse y ser socialistas libres, y decirle a la cara que no le quieren como representante".

INSOLITOEl enfrentamiento, insólito en un partido que ha hecho gala siempre de una férrea disciplina y de que las críticas se dirimen en el seno de la organización, salió a la luz pública cuando en el pasado mes de octubre se originó una áspera polémica en torno a una protesta vecinal para pedir que el servicio de Urgencias del SES volviera al centro de salud de la Plaza de Salamanca, desde el que había sido trasladado a un nuevo centro. En ese contexto, el equipo de gobierno que dirigía Gallardo publicó una nota en clave partidista acusando a la jefa de Gabinete de la Consejería de Educación, Mercedes Amado, de orquestar la protesta.

De aquel episodio, salió una de las frases más hirientes de García Ramos hacia Gallardo: lo llamó ´niño de la catana´ y dijo de él que su comportamiento, al señalar a Amado como la autora de "la estrategia coordinada, dirigida y orquestada" para hacer responsable al alcalde del traslado de las Urgencias, era propio de quien quiere matar a su madre política (la propia Mercedes Amado, una de las históricas del socialismo de La Serena).

Gallardo ha mantenido silencio en esta guerra. Pero algunas actitudes suyas han sido elocuentes: la declaración interpuesta a través de la nota de prensa del equipo de gobierno acusando a Amado y utilizando, de paso, la institución para ajustar cuentas en su partido, es una de ellas. Otra manifestación de su concepción patrimonialista, en esta ocasión del partido, es cuando se negó a darle la llave de la sede a García Ramos para que ofreciera una rueda de prensa en la que iba a criticarle. Se da la circunstancia de que quien pedía la llave era por aquel entonces, el 20 de octubre del 2008, presidente del PSOE de Villanueva, cargo que perdió apenas una semana después, cuando Gallardo ganó la reelección con el 83% de los votos.

DE ASESOR A ENEMIGO Como la inmensa mayoría de los enfrentamientos entre correligionarios, el que tiene en jaque al socialismo villanovense, tiene una raíz personal. Y es que Ramos y Gallardo han pasado de tener una estrecha colaboración a sentirse enemigos. En la primera legislatura en la alcaldía de Gallardo, García Ramos fue su asesor, un hecho que se interpretó como la oportunidad para que el veterano y experimentado García Ramos, factótum durante años del socialismo en Villanueva y conocedor como pocos de los entresijos municipales, guiara al neófito por los procelosos mares de la política. Después, el discípulo salió respondón y valoró su reelección como secretario general en octubre del 2008, como el autor "del cambio generacional" en el partido.

¿Qué pasará en el futuro? ¿Habrá nuevos episodios en este cisma? A Ramos, al menos, le gustaría mantener viva la llama y ayer pidió a los dos concejales miembros de UGT, Consuelo León y Alfonso Castilla, que se pronuncien en contra de Gallardo por su actitud con la familia de la exconcejala Tomasa Balsera. "El silencio ya no vale. Está en juego la justicia y el respeto a los derechos humanos", les dijo.