Puente Ajuda es la ´piedra de toque´ del problema político de fondo, que es la disputa por la soberanía de Olivenza", explica Luis Alfonso Limpo, cronista oficial de la localidad fronteriza y convencido de que tras haber dado durante siglos "siempre satisfacción a Portugal", ha llegado la hora de obligar a que se reconozca "que Olivenza es española".

Nunca un puente ha cumplido una función tan dispar de aquella que, por su naturaleza, tiene encomendada. Ajuda, en lugar de servir para unir dos territorios, se ha convertido en lo contrario, y marca una separación anclada en enrevesados pleitos históricos, anacronismos dentro de una Europa sin fronteras.

¿Quién tiene razón? Si se mira la historia, el origen de Olivenza es español, pero su evolución es portuguesa. Así, fue fundada en 1230 por Alfonso IX, rey de León, pero luego cedida al rey Don Dinis de Portugal en 1297.

En 1509 el rey Don Manuel construye el impresionante Puente Ajuda, con 19 arcos y 450 metros de longitud, para asegurar la conexión vadeando el Guadiana con esta plaza lusa avanzada.

DESTRUCCION DEL PUENTE

A principios del XVIII, España sufre una convulsión: Carlos II muere sin hijos, y designa heredero al Borbón Felipe, nieto del rey de Francia. El Archiduque Carlos de Austria reclama la corona, y sus pretensiones son apoyadas por Inglaterra (con Portugal) y Holanda. En 1709, los partidarios de Felipe vuelan seis arcos de Puente Ajuda, para evitar la irrupción de los ingleses desde Portugal. Finalmente, los partidarios del Borbón vencen, y en 1713 se corona a Felipe V.

Una consecuencia de esta guerra es que Olivenza se convierte en una plaza lusa vulnerable, al estar separada del resto del país por un ancho río. Esto provoca que, un siglo después, se rinda sin luchar a las tropas afrancesadas de España, y sea incorporada al reino español por el Tratado de Badajoz de 1801. Pero Napoleón pierde la guerra, y en el Congreso de Viena se piden "esfuerzos conciliatorios" para que se devuelva Olivenza a Portugal.

Esta es la raíz de la reivindicación soberanista lusa. Sin embargo, Limpo sostiene que un consejo (eludido por ambos países) no puede suplir la fuerza legal de un tratado.

Pero ahora, al resurgir las demandas portuguesas, ¿qué hacer? El cronista oliventino lo ve claro: "España debe intentar cumplir su parte del acuerdo (firmado en el 2000) y reconstruir Puente Ajuda. Si Portugal frena las obras en la margen derecha, España tiene que actuar en la margen izquierda, y llegar hasta la mitad del río".

¿Y qué se dice desde el otro lado?. De momento, Amigos de Olivenza presentó el viernes un recurso ante el tribunal de Elvas para que se obligue a España a parar las obras, pretensión en la que ya tuvo éxito hace dos años, al considerar que permitir los trabajos sería aceptar la soberanía española en Olivenza.

Sin embargo, esta interpretación no es compartida en todos los ámbitos del país vecino. Así, la Cámara Municipal de Elvas confirmó a EL PERIODICO que no emprenderá medidas judiciales al considerar que la actuación se encuadra dentro del protocolo de colaboración entre Estados.