Ciberbulling es acosar, el sexting consiste en enviar imágenes de contenidos de tipo sexual, y el grooming se produce cuando un adulto se gana la confianza de un niño con determinados fines. Hasta hace muy poco, estas palabras eran desconocidas en el imaginario de la educación de padres a hijos, no obstante, la era tecnológica los ha introducido a marchas forzadas en el día a día de ambos. Los temidos anglicismos se hacen eco entre las preocupaciones de los progenitores a la hora de dar rienda suelta a sus hijos entre las teclas de las herramientas virtuales. De hecho, según una encuesta de hábitos de uso y seguridad de menores en España que ha elaborado el Instituto Nacional de Estadística, la principal preocupación para los padres es que sus hijos contacten con desconocidos a través de la vía virtual.

No obstante, por contraposición el estudio recoge que la única medida que ponen en marcha los progenitores para impedir estos comportamientos es instalar un software para spam --no instala controles parentales para este tipo de webs inadecuadas-- y tan solo un 54% habla con sus hijos sobre las posibles consecuencias de acceder a estos contenidos.

El dato más relevante estriba en que, a pesar de la preocupación latente entre los padres, hasta un 90% ignora si sus hijos acceden a contenidos polémicos. En ese sentido, hasta un 15% apunta que sus hijos han visto algún tipo de contenido sexual o relacionado con violencia física en los últimos doce meses.

Delegar en los colegios

En cuanto a las vías en las que los padres encuentran amparo a la hora de encontrar respuestas a sus dudas sobre seguridad en la red, el centro educativo de los menores ocupa la primera posición. Los progenitores delegan las funciones para orientar a los niños con respecto al uso de las tecnologías a los profesores. Según el informe del Ministerio del Interior, sitúan en primera posición al colegio con un 66%. No obstante, también plantean que la polícia oriente esas conductas con un 50%.