Ante la falta de médicos especialistas, el Servicio Extremeño de Salud (SES) ha contratado 24 facultativos polacos y tramita la llegada de varias decenas más para cubrir las plazas vacantes de sus hospitales. Anestesistas, radiólogos, cirujanos, urólogos, ginecólogos, traumatólogos, cardiólogos y oftalmólogos son los más solicitados. Tras seleccionar sus currículums y superar una entrevista, los médicos polacos reciben un curso intensivo de español durante un mes y clases hasta dominar el lenguaje para poder pasar consulta.

En el reportaje que esta semana publica el semanario Interviú se detalla la iniciativa llevada a cabo por la comunidad extremeña, una práctica que también pretenden poner en marcha Euskadi y Castilla y León. De momento en Extremadura son 24, pero llegarán muchos más.

"Si hubiera tenido especialistas españoles no habría ido a Polonia a buscarlos. Hay un déficit tremendo que seguiremos notando en los próximos 20 años, por eso tenemos previsto incrementar la contratación de médicos extranjeros", señala Juan Carlos Bureo, subdirector de Atención Especializada del SES y artífice de la idea de reclutar facultativos en Polonia. Bureo destaca la buena formación, "similar a la española", y la solvencia profesional de los especialistas contratados. "Además, todos tienen una experiencia laboral de más de diez años", añade.

En la actualidad, el sistema español de formación de especialistas, conocido como MIR, oferta menos plazas de las necesarias. "En toda Extremadura sólo se forma un radiólogo al año, aunque estamos capacitados para formar a más. Si varios médicos extremeños quieren formarse como radiólogos, sólo uno lo conseguirá y los demás se verán obligados a cambiar de especialidad o irse", explica Bureo.

A Bozena Elzbieta Sapiñska-Porada, anestesita, no le costó mucho tomar la decisión de venir a trabajar a Extremadura. Ya conocía Euskadi y Granada y tanto ella como su marido (él es cirujano y también desea trabajar aquí) aman la cultura y la idiosicrasia españolas. Su hija mayor estudió Filología Hispánica en Polonia y residió un año en Madrid para completar su formación. Bozena lleva siete meses trabajando en el Servicio de Anestesiología del Hospital de Coria y está feliz. "Coria es una ciudad pequeña y muy interesante. He hecho muchos amigos y prefiero el clima español al frío de Polonia. Me encanta Extremadura".

Dicen que trabajar en España les permite conocer otra cultura, ampliar su experiencia y, sobre todo, mejorar su economía. Los facultativos españoles ganan unos 60.000 euros brutos al año con guardias y complemento de productividad variable incluidos. En Polonia, para llegar a los 1.200 euros al mes deben trabajar en tres sitios y el coste de vida allí es similar al de aquí.

Andres Lecki, jefe de Urología en un gran hospital de Varsovia, lleva sólo un mes trabajando en el Hospital de Navalmoral de la Mata. Casado con una ginecóloga que también desea trabajar en España y padre de dos hijos, está encantado. "Mi idea y la de mi familia es quedarnos en España. Yo había trabajado en Alemania y en Líbano. A Extremadura me vine a ciegas y estoy encantado", asegura.

Maria Harnik habla 7 idiomas, era subjefe de Radiología Pediátrica y General en un gran hospital de Varsovia con más de mil camas y dice que Cáceres, donde lleva cuatro meses trabajando, es "súper".

El problema de todos ellos es el idioma. La ventaja, que son políglotas y aprenden el español rápidamente.