Es el sistema que pretenden imponer las comunidades más ricas para determinar el reparto de los fondos por parte del Estado. En ellas se establece la diferencia entre lo que cada comunidad aporta al conjunto del país, a través del pago de impuestos, y lo que que recibe por parte del Estado.

Extremadura se opone a este criterio debido a que considera injusto que reciban más quienes más tienen. De hecho, los extremeños son los que más dinero reciben con el actual sistema, unos 2.600 euros, motivo por el que el gobierno y la oposición se han unido para pedir que no se utilicen las balanzas como fórmula para determinar la financiación autonómica.