¿Es posible sobrevolar una ciudad a través de un simulador con el movimiento de una mano? ¿Y conocer si una salida de emergencia está obstruida sin necesidad de que haya vigilancia permanente? ¿Sería posible conocer el nivel de polen que hay en el camino del trabajo a casa o el estado de los nidos de cigüeña de la parte antigua de Cáceres sin que nadie corra riesgos? La respuesta a estos y otros interrogantes es sí. La solución la aporta el grupo de investigación Quercus Ingeniería de Software de la Universidad de Extremadura, que por segundo año lidera la captación de fondos entre 220 grupos.

La última memoria aprobada por la institución, referente al 2012, vuelve a situar a este grupo, nacido en 1996 en la Escuela Politécnica de Cáceres, a la cabeza tras sumar más de 685.000 euros anuales en convenios y contratos de investigación, desarrollo e innovación con empresas e instituciones --les sigue el Laboratorio de Radiactividad Ambiental, con 578.000 euros--. Esta captación les permite ofrecer becas de formación y contratos de técnicos de apoyo y personal investigador a los alumnos y titulados de Ingeniería Informática. Actualmente cuenta con siete estudiantes becados y 14 titulados contratados.

El volumen de los fondos que captan es proporcional al de sus proyectos. Las posibilidades que ofrece la tecnología son infinitas. Entre sus trabajos estrella destacan el uso de la tecnología para la prevención de riesgos laborales. "Jugando con cámaras y seguimientos de colores podemos saber, por ejemplo, los empleados que tienen puesto el casco o si una salida de emergencia está obstruida", explica Juan Hernández, director del grupo. Un sistema hace saltar las alarmas si detecta personas u objetos en la zona acotada. Este proyecto está en desarrollo actualmente con la Sociedad de Prevención de Fremap y Expal, responsable de la fábrica de explosivos de El Gordo. "Uno problema de entornos complejos es que las vías de seguridad y evacuación estén listas ante un imprevisto, y mediante este sistema podemos asegurarnos de que todas las naves tienen sus salidas despejadas", señala Hernández.

Otro de sus hitos son las Ciudades Inteligentes, y una de las acciones más relevante es el uso de drones que permite obtener imágenes y diversos datos que abre infinidad de posibilidades al desarrollo de sistemas. "Un dron sobrevolando el campus podría detectar en pocos minutos los aparcamientos libres en todo el recinto sin necesidad de poner un sensor en cada plaza, por ejemplo, permitiría que la ordenación del tráfico fuera más efectiva y de menor coste", señala Juan Carlos Preciado. Obtener ciertos datos es sencillo instalando equipos y sensores determinados, lo complicado es utilizar esos datos y crear sistemas inteligentes. Y ese es el valor añadido de Quercus, lo que hay detrás para el uso de esos datos que permiten predecir situaciones de riesgos o evitar gastos, entre otros.

Este último es el objetivo de otro de sus trabajos encargados por una conocida cadena de restaurantes. "Tenemos instalado un sistema de control energético que permite conocer el consumo real de sus restaurantes en cada momento; este desglose les está suponiendo ahorro de más de 2.000 y 3.000 euros anuales en la factura de la luz", cuenta el profesor Fernando Sánchez Figueroa. Para prevenir averías en la red de distribución de agua también tiene respuesta. Junto con Acciona y otros 20 socios europeos desarrollan un sistema de detección de fugas de agua. "Diferentes sensores ofrecen información sobre la presión del agua en cada momento e incluso sobre la calidad, lo que permite conocer la existencia de fugas y acotar la zona a actuar".

Más demandados fuera

Además, Quercus junto a Aqualia desarrolla un proyecto para mejorar los procesos de potabilización del agua y, con Indra, trabaja en la realización de un centro de servicios financieros basados en web para pequeñas y medianas empresas. Ello, sin abandonar otras líneas de investigación en domótica, ingeniería ontológica --en la que se basa el desarrollo sobre datos abiertos para la administración pública--, tecnología en la nube, ni las dos spin-off con las que cuenta: Homeria y Gloin.

La trayectoria y los óptimos resultados de este grupo le han valido para ganarse la confianza de grandes empresas e instituciones que acuden a estos investigadores en busca de soluciones innovadoras a sus problemas. Sin embargo, no son profetas en su tierra. La mayoría de contratos los firman con empresas de fuera de Extremadura, "aquí es como si no existiéramos", lamenta Hernández. El escaso tejido empresarial de la región y la falta de una cultura de inversión en innovación están detrás, según Sánchez Figueroa. "Hay mucha gente que considera la investigación más un gasto que una inversión", lamentan los docentes de este grupo que se ha convertido en la unidad de investigación de referencia de muchas empresas pese a la situación económica.

En crisis es momento de optimizar recursos y procesos, y para eso es necesaria la innovación. "Ahora se invierte menos en investigación pero la gente que lo hace es más selectiva" y acudir a la universidad, "la gran desconocida", es garantía de experiencia y solvencia, al menos en este grupo que en plena crisis sigue creciendo.