La aprobación inicial del estudio de impacto ambiental de la futura autovía Badajoz-Granada "es la prueba fehaciente de que nada está parado". Así lo manifestó ayer el consejero de Fomento de la Junta de Extremadura, José Luis Quintana, que declaró que una vez concluido el periodo de información pública, queda pendiente la redacción de los proyectos y luego el inicio de las obras. Según recoge la agencia Europa Press, sobre estas no ha querido dar una fecha concreta, a pesar de que se prevé que finalicen en el 2020.

El anuncio del informe ambiental favorable ha sido bien acogido entre los pueblos por los que pasará la futura carretera, aunque prefieren no lanzar las campanas al vuelo por si se produjera algún nuevo retraso después de que un error administrativo haya paralizado el proyecto casi año y medio. No quieren hacerse ilusiones, pero los pequeños pueblos como Santa Marta de los Barros o La Albuera no descartan unir sus fuerzas para presionar y que la obra finalmente salga adelante.

El alcalde de Llerena, Valentín Cortés, aseguró a este diario que el pueblo "está muy contento con el nuevo trazado de la carretera porque el impacto ambiental es mínimo", y dice que como alcalde y presidente de la Diputación de Badajoz, hará todo lo posible para que la redacción del proyecto, que sería el siguiente paso, se inicie lo antes posible.

No tan optimista se muestra el primer teniente alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, que aseguró que "la declaración de impacto ambiental favorables es un paripé porque no hay ni un euro presupuestado para la vía en las cuentas regionales del 2011". En el consistorio de la capital pacense, incluso se preguntan "si ese error administrativo no fue voluntario para retrasar el proyecto, porque queda claro que no hay ni un euro". Por ello, para Fragoso, "lo que antes hubiera sido una alegría, ahora es una resignación, ya que no se sabe cuándo se abordará finalmente el proyecto".