El consejero de Agricultura, José Luis Quintana, elogió ayer en Almendralejo la evolución que ha experimentado, en sólo tres años, el plan de reestructuración del viñedo en Extremadura. Hasta el momento, se han reconvertido 11.000 hectáreas de las 25.000 que se incluyen en el proyecto de ocho años que ha ideado la Junta de Extremadura. Además, ya se han abonado más de 62 millones de euros a los agricultores.

El consejero aseguró que "se va más deprisa de lo que se preveía en un principio, pero eso es señal de que en la región se apuesta por la reconversión y la calidad de los vinos que se elaboran".

En ese sentido, la Junta de Extremadura está experimentando con 37 nuevas variedades vinícolas. De los estudios realizados hasta el momento, los técnicos han determinado que la variedad Graciano no ha dado la respuesta esperada, al igual que las Petit Verdot y la Traminier, de las que se duda de su rentabilidad. Sin embargo, hay otras como la Garrido Fino, Alarije, Cigüentes y Manzuelo cuya evolución es muy interesante para los investigadores.