La receta electrónica reduce un 30% la frecuencia de usuarios a los centros de salud, según los datos extraídos de la experiencia piloto que se desarrolla en Malpartida de Cáceres y Santa Amalia desde hace seis meses, según informa a Efe el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos, Cecilio Venegas. Un 42 por ciento de las recetas que se prescriben en esas dos localidades son ya de forma electrónica y no en papel, unos datos que Venegas califica de muy positivos. A su juicio, la receta electrónica provoca una "pirámide" de beneficiarios, en cuya base está el sistema sanitario, ya que, entre otras mejoras, reduce la presión asistencial. Después estaría el usuario, porque gracias a este sistema no tiene que ir al centro de salud a renovar los tratamientos prolongados; y a continuación el médico, que, al bajar la frecuencia de usuarios, tiene más tiempo para atender las consultas. En el vértice, a su juicio, se sitúan las farmacias, que seguirían manteniendo el mismo nivel de presencia de los pacientes. Otros beneficios de este sistema es que permite elaborar una potente base de datos, con información, por ejemplo, de dónde, quién, qué y a quién se receta un medicamento, y a partir de ellos hacer distintos estudios epidemiológicos. El pero de este sistema, en su opinión, es el altísimo coste para las farmacias, 1,3 millones de euros anuales, el doble que con la receta de papel, debido al sistema tecnológico que necesita. Por ello, Venegas considera que esta "prestación adicional" debería ser concertada con la Administración regional. Apunta que con los 345 millones presupuestados para el 2008 en Extremadura para prescripción de fármacos, se podrían aumentar en 1,3 millones más, según Venegas, que se muestra dispuesto a negociar este concierto con la Junta de Extremadura.