Los vecinos del hombre detenido ayer en Mérida por su presunta integración en el aparato tecnológico del Daesh aseguran a este diario que solía recibir «numerosos paquetes» en su domicilio, además de que no se relacionaba con el vecindario. Según informaron durante el dispositivo policial los vecinos del bloque 1 del residencial Altagracia, en el piso en que se produjo el registro vivían desde hace más de un año el detenido con su pareja y dos hijos menores, un bebe de meses y otro que tendría apenas tres años.

La noticia de la entrada a la fuerza en el domicilio por parte de la policía cogió por sorpresa a algunos vecinos, quienes escucharon «un fuerte golpe» y salieron al rellano. Sobre la relación que mantenía la pareja con el vecindario, la opinión es unánime, ya que los vecinos sostienen que no se relacionaban nada.

Una vecina del detenido, que reside en un piso próximo, destaca la actitud incívica de la pareja con respecto a la convivencia vecinal. «Los golpes y el ruido a veces ha sido excesivo. Hemos subido a llamarles la atención en alguna ocasión y no nos han abierto la puerta», asegura.

Por otra parte, los vecinos coincidieron en señalar que la pareja «siempre se movía en taxi» porque nunca los habían visto en un coche particular. Uno de los vecinos indicó que el hombres no hablaba español, ya que intentó comunicarse con él y el detenido le dijo en inglés que no sabía español. De la mujer, los vecinos manifestaron que «solía llevar un burka o un velo» y que hablaba varios idiomas, con un perfecto castellano.