El rector de la Universidad de Extremadura (Uex), Francisco Duque, se ha comprometido a participar en un debate público y televisado para informar sobre el contenido del Plan Bolonia, que ahora rechaza el colectivo estudiantil y que motivó ayer una nueva jornada de huelga y movilizaciones estudiantiles en las diferentes ciudades universitarias de la región.

El rector se comprometió a mantener dicho debate, en el que estaría acompañado por dos vicerrectores y tres miembros de la Plataforma No a Bolonia, dos de Extremadura y otro representante estatal, siempre que se le comunique la fecha, prevista para finales de febrero para que no coincida con los exámenes, con 15 o 20 días de antelación.

Este compromiso fue parte de un breve diálogo que mantuvo con Roberto Nieves y Nabil Alnowk, representantes de los estudiantes que entraron en el rectorado para pedirle al rector la información que buena parte de los alumnos reclama, ante "la desinformación total" que denuncian con sus movilizaciones. Duque también señaló que el plan tiene sus "cosas buenas" y sus "ventajas", si bien en un momento de la conversación reconoció que le ha tocado a él y su equipo lidiar con esta situación.

Además, aclaró que no está en su mano, ni en la del Consejo de Rectores, modificar una norma que llega de la UE, así como que él representa "a todos los miembros de la universidad" y por tanto no debía pronunciarse en un sentido concreto, cuando le preguntaron su opinión sobre el plan. Sí señaló, ante el temor expresado por los jóvenes de que las ayudas se cambien por préstamos, que se crearon hace dos años por el ministerio para la realización de másters, para devolver una vez que el alumno esté trabajando, que la enseñanza universitaria no será más cara que ahora ni desaparecerán las becas.

Duque explicó que el plan de convergencia supone una reestructuración de la enseñanza universitaria, que se organiza en tres niveles: un primer grado de 4 años con una mayor especialización y común a varias titulaciones, y otros dos de 2 años para la capacitación educativa y el doctorado.

En parecidos términos se expresó el subdelegado del Gobierno en Badajoz, Inocencio Ramos, cuando salió a recibir a los estudiantes para recoger sus reclamaciones, comprometiéndose a transmitirlas esa misma mañana al Ministerio de Educación, y agradecer su comportamiento cívico.

LAS MOVILIZACIONES En Badajoz se manifestaron cientos de estudiantes desde las diez de la mañana, que se concentraron ante el rectorado, hasta la una de la tarde, que se disolvieron tras entrevistarse con Ramos y entregarle sus reivindicaciones. Los jóvenes denunciaron la falta de información sobre el plan, lo que ellos consideran un proceso de privatización encubierto con el fin de reducir la inversión pública en la universidad y el sistema de "becas préstamos", además de escasas ventajas en cuanto a movilidad por Europa.

Los estudiantes, tras la lectura de un manifesto, recorrieron el campus y se dirigieron en manifestación tranquila y ordenada al centro de la ciudad, hasta la Delegación del Gobierno, custodiada por un cordón policial. Una pancarta con el texto "No somos clientes, somos estudiantes" encabezó la manifestación, en la que se profirieron eslóganes como "hace falta una huelga, hace falta ya una huelga de verdad".

El seguimiento de la jornada de huelga en las facultades cacereñas fue bastante desigual. En algunas, la impresión de los estudiantes es que apenas había afectado a las clases --Veterinaria, Enfermería...--; en otras, como Filosofía y Letras, el seguimiento fue mayoritario a partir de las 12.00 horas; y también hubo alguna, como Derecho, en la que apenas hubo estudiantes a lo largo de toda la mañana.

La manifestación cacereña contó con unos 200 estudiantes. Se concentraron a las 12.00 horas en la facultad de Filosofía y Letras y de allí salieron para hacer un recorrido por el campus que acabó en Veterinaria sobre las 14.30 horas. Los manifestantes corearon en su marcha lemas como "Basta ya, de privatizar", "Universidad pública"...; cortaron el tráfico de vehículos durante unos minutos sin que hubiera incidentes; y se disolvieron cuando les llegó la información de que podrán acceder a la Junta de Gobierno del próximo día 25, con voz pero sin voto, si se constituyen legalmente como plataforma, lo que tienen intención de hacer.

En Plasencia, informa M. R. Rey, los estudiantes protagonizaron la anécdota de la visita de la ministra de la Vivienda. Ajenos a su presencia en la catedral, con su lema de "queremos becas, no hipotecas" se presentaron en su entorno y la policía los invitó a disolverse a falta de autorización antes, incluso, de que llegara la ministra. Los alrededor de 50 manifestantes de diferentes institutos se retiraron pacíficamente.