Mientras que no se logre la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres hay que seguir luchando por ella». Y con ese objetivo hace años comenzaron a crearse las Oficinas de Igualdad y Violencia de Género, que desde este año ya tienen presencia en toda la comunidad. En total hay 36 oficinas, 29 mancomunadas y siete en los principales municipios, que se encargan de informar, sensibilizar, formar y asesorar en la aplicación de las políticas de igualdad que lleva a cabo la región para tratar de corregir la desigualdad y discriminación que viven las mujeres. «Son un trocito del Instituto de la Mujer de Extremadura en cada territorio», cuenta Elisa Barrientos, presidenta del IMEx.

Para dotar de mayor seguridad y evitar vaivenes que puedan poner en riesgo el funcionamiento de estas oficinas en algún punto de la región, la Junta ha elaborado un decreto para regular la organización y funcionamiento de esta red. De momento, la nueva normativa todavía es un proyecto, está en fase de exposición pública y aún tiene algunos trámites que solventar antes de ser aprobado definitivamente por el Consejo de Gobierno. «El objetivo es dotar a todas las oficinas de igualdad de condiciones a la hora de ejecutar programas y actuaciones y fijar unas normas para que todo el mundo sepa cómo funcionan y qué hacen, aunque luego cada zona se adapta a sus necesidades. En definitiva, el nuevo decreto servirá para dotarlas de una mayor seguridad jurídica que consolide y mejore la igualdad de condiciones laborales». Y es que este también fija la norma que rige la contratación del personal de las oficinas, ya que son las mancomunidades y ayuntamientos quienes se encargan de esa labor aunque es una red de la Junta subvencionada en su totalidad con fondos de la comunidad. La norma establece que cuando la población a atender supere los 40.000 habitantes debe haber al menos dos agentes de igualdad a jornada completa en cada oficina y al menos uno a partir de los 20.000 habitantes.

«Era fundamentalmente una petición de las oficinas porque les da seguridad», señala. La presidenta del IMEx explica que desde que comenzaron a funcionar, en el 2008, ha habido momentos en los que parecía que las oficinas podían desaparecer, no se sabía qué pasaría con ellas en el futuro y ahora lo que se hace es dar certidumbre al margen de los presupuestos de cada año. «Esta red es un servicio público que se tiene que mantener porque aún no hemos llegado a la igualdad efectiva. En tanto en cuanto no hay igualdad real y efectiva este recurso público sigue siendo necesario», precisa.

Por eso, entre uno de los cometidos principales están tender la mano a las víctimas de la violencia de género (entre otros recursos del IMEx) y colaborar en erradicar este tipo de violencia que es «la más execrable muestra de desigualdad entre mujeres y hombres que existe ahora mismo en nuestra sociedad». No obstante el papel de esta red de oficinas va mucho más alla: desde realizar campañas de sensibilización para acabar con estereotipos sexistas a actuaciones de empoderamiento femenino, entre otras.

Las primeras oficinas comenzaron a funcionar en el año 2008 y este año acaba de completarse la red tras abrirse hace algunos meses la oficina en la mancomunidad de Las Hurdes, la única que no tenía todavía recursos del IMEx. «En principio ya tenemos cubierto todo el territorio, con presencia en los municipios de más de 20.000 habitantes y todas las mancomunidades. No obstante, si detectáramos alguna carencia en algún momento, lo estudiaríamos», concluye Barrientos.