La refinería que se pretende instalar en Extremadura dedicará el 60% de la inversión prevista a prevenir cualquier tipo de daño medioambiental, según aseguró ayer el presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien confirmó los datos adelantados el pasado miércoles por EL PERIODICO, en el sentido de que la inversión global, asumida por promotores de la región con la ayuda de un socio tecnológico, será de 961 millones de euros, y la instalación dará empleo a 2.500 personas.

Rodríguez Ibarra explicó que las refinerías que funcionan en la actualidad en España son antiguas --la última se construyó hace 30 años--, y sólo refinan el 80% del petróleo, mientras que el 20% restante son residuos que se queman, lo que provoca contaminación por el humo de la combustión. Esto, según el presidente de la Junta, no ocurriría con la planta de refino prevista en la región, que aprovecharía todo el crudo para sacar en torno a 200 productos diferentes. Con todo, Ibarra auguró que habrá "algún tipo de protestas", pese a que no se dañe el medio ambiente.

En cuanto al modo en que llegará el petróleo a la planta, el presidente del Ejecutivo regional explicó que una de las posibilidades es que se construya un oleoducto de 200 kilómetros que una el puerto de Huelva con el centro de Extremadura.

Así, la refinería suministraría productos a los distribuidores ubicados en un radio de entre 200 y 250 kilómetros, ya que en todo el oeste peninsular no existe ninguna planta de este tipo.

En el caso de que esta demanda no bastase para sacar al mercado toda la producción de la refinería, existe la posibilidad de que se comercialicen los excedentes a través del oleoducto que comunica Mérida con Puertollano.

Por otro lado, Ibarra incidió en que la variedad de productos que saldrán de la planta puede dar pie a la instalación de empresas auxiliares, como podrían ser las dedicadas a la fabricación de artículos de plástico.