Extremadura duplica la media nacional de médicos agredidos. Así se desprende de las denuncias presentadas por 25 facultativos en la región que en el 2010 sufrieron algún tipo de violencia en su centro de trabajo. Por primera vez estos datos son fiables con el primer registro nacional de médicos agredidos, elaborado por la Organización Médica Colegial con la colaboración de los colegios provinciales.

Este lamentable registro, que sirve de análisis, se estrena con 451 facultativos que durante el 2010 fueron víctimas de la violencia en el país. En la región, denunciaron 17 médicos en la provincia de Badajoz --13 agresión física y verbal-- y ocho en Cáceres --solo una física--. Ambas superan la media nacional en el número de casos por cada millar de facultativos --más de cuatro casos en la región, frente a los dos del país-- y se sitúan entre la cuarta y la novena provincia, respectivamente, con más agresiones denunciadas (gráfico). "Los colegios hemos hecho una gran difusión de las medidas de protección y defensa a los médicos, induciendo a que no callen, por eso no creo que aquí se agreda más, sino que se sienten más protegidos", asegura el secretario del Colegio de Médicos de Cáceres, Evelio Robles, coincidiendo con la apreciación del presidente de la organización pacense, Pedro Hidalgo.

La mayoría de los casos de violencia denunciados en la región se han producido en el ámbito de la Atención Primaria, en los centros de salud, "donde hay más intimidad entre el médico y el paciente", y la causa principal registrada es la negativa a recetar un medicamento propuesto por el usuario --los ocho casos denunciados en Cáceres comparten este motivo, entre otros--. Los pacientes y familiares se generan expectativas que no se cubren, algunas incluso delictivas.

En este sentido, Robles destaca que es frecuente que el paciente exija al médico que le de una baja no justificada, "incurriendo en un delito de falsedad documental". Ante estas situaciones de coacción en busca de un beneficio propio, "el médico se siente desprotegido y comienzan los problemas", por eso tanto Robles como Hidalgo destacan la importancia de tener tolerancia cero ante la mínima agresión porque aún hay muchos casos, sobre todo violencia psicológica, que no se denuncian, incluso se echan para atrás --en Badajoz se retiraron en 2010 siete denuncias de médicos--. "Ante estos casos el usuario no puede quedar impune, porque esto deriva en la agresión física y luego nos encontramos casos como la agresión física que sufrió una médica en un centro de Miajadas este verano. Hay que evitarlo".

Para atajar el problema las organizaciones señalan medidas preventivas, pero también coercitivas. "El gran objetivo es que cualquier tipo de agresión a un facultativo se juzgue como un delito contra autoridad pública. Intentaremos que antes de final de año la Fiscalía Superior tome una actitud generalizada y conjunta para que todos los casos sean delitos, porque existen en la propia comunidad discrepancias entre las fiscalías", comenta Robles. En la región de las 25 denuncias presentadas, 15 interpuestas en Badajoz se han juzgado como delito --quedan dos pendientes de juicio--, mientras en Cáceres solo una ha tenido tal consideración y siete se han juzgado como faltas, "con miserables indemnizaciones. Hay que evitar la impunidad".