Lo auguraban los datos provisionales --como avanzó este diario a principios de año (ver EL PERIODICO del 6 de enero)-- y lo han confirmado los definitivos: Extremadura es un ejemplo a la hora de donar sangre. Tanto es así que la región logró en el 2008, con 47.162 bolsas, superar su propio récord (fijado en el 2006, cuando se quedó en 47.104) y situarse como la cuarta del país con mayor tasa de donaciones: 43 por cada 1.000 habitantes, casi cinco puntos por encima de la media nacional, según datos de la Federación Española de Donantes de Sangre.

Para José María Brull, estos datos no son sorprendentes y los atribuye sobre todo al gran nivel de donaciones que se registra en las zonas rurales y la buena planificación a la hora de diseñar el calendario de recogidas. Esto último es fundamental, explica, porque un simple partido de fútbol puede convertir en un fiasco una colecta, con el consecuente desaprovechamiento de los recursos humanos y técnicos que es necesario movilizar en este tipo de salidas.

RECUPERACION SOBRE EL 2007 De hecho, la coincidencia de muchos puentes y festivos entre semana durante el 2007, junto con el déficit de personal para cubrir bajas y descansos, provocó que la cifra de donaciones disminuyera por primera vez en tres años. Entonces, con 45.871 bolsas recolectadas, la tasa regional (42 donaciones por cada mil habitantes) cayó por debajo del índice recomendado para la autosuficiencia (entre 43 y 45 donaciones), que ahora recupera.

En todo caso, Brull asegura que la región no solo cuenta con esa capacidad de autoabastecerse, sino que en ocasiones ha podido atender las peticiones de ayuda de otras comunidades, como Madrid o Andalucía. Por eso, minimiza la importancia de que el incremento interanual de donaciones contabilizado en Extremadura (2,81%) esté por debajo de la media estatal (5,57%) porque, según defiende: "tenemos la sangre que necesitamos".

En este sentido, destaca que la donación "no es una cuestión de ránkings" y que los buenos índices extremeños inducen a pensar que podría obtener más aportaciones si fueran necesarias, "pero mientras no se dé el caso no tienen sentido, porque hay que recordar que la sangre caduca". Para Brull, lo más importante es que desde que en el 2002 comenzó a funcionar el Banco Regional, la región, con apoyo de las hermandades, mantiene muy buenos índices de donación.

En el conjunto del país, sin embargo y a pesar de que el año pasado se registró un notable incremento en las aportaciones (casi 94.000 bolsas), la media por 1.000 habitantes (38,55) se queda por debajo del índice recomendado. Así lo reconoce la Federación Española de Donantes de Sangre, que pese a celebrar el incremento del 2008 (5,5%) aboga por seguir trabajando para lograr la autosuficiencia en todas las áreas. Y es que nunca está de más recordar el acertado lema de Cruz Roja: "Donar sangre es donar vida".