La cifra de muertes violentas que registra la región y son investigadas por los institutos anatómico forenses de Cáceres y Badajoz se sitúa en torno a una media de 14 al mes.
En concreto, de las 225 actuaciones tanatológicas que realizaron el año pasado los forenses de ambos institutos --65 los de Cáceres y 160 los de Badajoz--, sólo en 59 de las muertes se apreciaron causas naturales, mientras que 163 habían sido violentas. Las tres actuaciones tanatológicas restantes fueron estudios de restos cadavéricos aparecidos en diferentes localidades.
Son datos que recogen las memorias 2003 de ambos institutos y que incluye este año la memoria anual del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura.
ACTUACIONES Los forenses de los institutos anatómicos investigan tanto las muertes violentas, en las que se incluyen las accidentales, homicidios y suicidios, como también aquellas que son sospechosas de criminalidad, es decir, los casos en que se desconocen los antecedentes y se han de estudiar para determinar si son violentas o naturales.
No obstante, como reflejan las estadísticas, la mayoría de las muertes investigadas son violentas, y un alto porcentaje de éstas accidentales. Así, de las 163 violentas que se contabilizaron en la región el año pasado, siete fueron homicidios, 35 suicidios y 120 accidentales; y dentro de éstas se constata, un año más, que en la mayoría de los casos se producen en accidentes de tráfico.
En el 2003, exactamente el 73% de las muertes accidentales fueron de tráfico. En concreto, de las 120 muertes accidentales registradas, 88 de produjeron en accidentes de tráfico, nueve en caídas, siete fueron atropellos, y tres por intoxicación. Hubo, además, dos muertes accidentales por precipitación, dos accidentes laborales y dos sumersiones; así como una por reacción adversa a droga, por asta de toro, carbonización, hipotermia, sofocación, embestida de un animal y por accidente aéreo.
En el caso de los suicidios la mayoría suelen ser por precipitación (9 el año pasado), sumersión (9) o ahorcadura (7).
