La campaña de riego para la agricultura está garantizada y también el abastecimiento de las poblaciones, pero Extremadura no abandona por ello la situación de alerta por las escasas precipitaciones de los últimos años. De hecho, la región afronta su tercer año consecutivo de sequía, con un déficit acumulado desde el 2004 de un 34% en las precipitaciones. Así se recoge en los informes que maneja el Instituto Nacional de Meteorología (INM).

El inicio del 2006 no parece presagiar que vaya a ser más lluvioso de lo que lo fueron el 2004 y el 2005. Entre enero y abril la cuenca del Guadiana ha registrado un tercio menos de precipitaciones de las consideradas normales, mientras que en el caso del Tajo las lluvias se han quedado un 10% por debajo de la media histórica.

El estudio climatológico del INM asegura que el 2003 fue el último año normal en cuanto a precipitaciones. En aquel año, el primer semestre fue seco o muy seco. Sin embargo, las precipitaciones en la segunda parte del año compensaron el déficit de lluvias e hicieron que el 2003 fuera normal.