Las sucesivas olas de calor vividas a lo largo de estos dos meses de verano dejarán su huella en los registros oficiales climáticos. La persistencia de altas temperaturas sobre las ciudades y campos extremeños sitúan este verano como uno de las más cálidos de los últimos cien años.

El mercurio se alzó entre dos y tres grados más que la media de la centuria. Así, en Badajoz, durante julio, la temperatura media de las máximas fue de 37º y de las mínimas, 18,6º, por los 34º y 17º de media de la serie temporal respectivamente. En los días de agosto, el mercurio registró de media 36,4º y 19,4º, por los 34º y los 16,7º. Por su parte, en Cáceres, en julio la temperatura máxima media fue de 35,8º y la mínima, 21º; mientras que en la serie temporal de los últimos cien años fueron de 33º y 19º. Durante agosto las máximas se situaron en los 35º, por los 33º de la serie, y las mínimas en 21º, por los 18º establecidos.

Las predicciones aseguran que este verano es uno de los periodos más calurosos junto con el del 2003, que causó la muerte a más de 50 personas en la provincia de Badajoz --Cáceres la sorteó mejor-- según el informe Valoración del impacto de la ola de calor del verano de 2003 sobre la mortalidad publicado por el Centro Nacional de Epidemiología, incluido en la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria. A escala nacional, julio superó el valor medio de los últimos treinta años en 1,8º y en agosto puede subir 1º.

ALERTA Manteniendo la tendencia, la región estuvo ayer en alerta amarilla que llevaron al mercurio hasta los 40º. Adolfo Marroquín, director de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en Extremadura, comenta que las variaciones climáticas son debidas a la situación geográfica de la región (latitud y altitud); a una fuerte irradiación provocada por el descenso en los parámetros de humedad atmosféricos y del suelo, y la llegada de vientos norteafricanos y vientos del este terrales. No obstante, señala que "la región no es de las más afectadas" por esta masa de aire cálida que entró el miércoles ya que no se concentra especialmente en la región y desaparecerá antes que en otros puntos peninsulares, donde se mantendrá hasta el lunes.

El aviso naranja se mantuvo ayer en el valle del Tiétar y del Tajo y en la práctica totalidad de la provincia pacense. A partir de hoy, las temperaturas descenderán paulatinamente en toda la región y se suavizarán el sábado "salvo en el valle del Guadalquivir" donde se mantendrán hasta el domingo. Por ello, el consejero de industria, José Luis Navarro recordó que el peligro alto de incendios se encuentra en su momento "más duro", debido a la ola de calor "muy intensa".

En la prevención se hace hincapié en los colectivos más propensos a sufrir golpes por calor como las personas mayores o los niños por lo que hay que mantenerlos hidratados. También hay que atender a los enfermos encamados y a aquellos que presentan problemas respiratorios, cardiacos o que consumen determinados medicamentos.

Miguel Angel Ruiz, director del 112 en Extremadura, recuerda que hay que prestar atención al estado de los alimentos antes de consumirlos ya que las altas temperaturas favorecen su descomposición y mantener limpios los utensilios de cocina. No obstante, afirma que "no hay que confiarse" aunque estemos acostumbrados al colar y pide seguir los consejos "por sentido común".