La empresa Repsol Butano garantizó ayer a la Junta de Extremadura que la comunidad autónoma no estará desabastecida pese al anunciado cierre de la única planta de llenado de la empresa en la región, ubicada en Mérida. En este sentido, representantes de la compañía se reunieron ayer con miembros de la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente, a los que anunciaron que tras el cierre de la fábrica emeritense el butano y el propano llegarán a Mérida desde Pinto (Madrid), Puertollano y Huelva.

En concreto, desde la planta de la empresa en la madrileña localidad de Pinto se abastecerá al norte de la comunidad, algo que, según el director general de Ordenación Industrial, Energética y Minera, José Luis Andrade, "parece que es algo que ya vienen haciendo desde hace tiempo". La zona centro de Extremadura será abastecida desde Puertollano, y a la parte sur el gas llegará procedente de Huelva.

Andrade fue el único que compareció tras el encuentro institucional, puesto que ninguno de los tres representantes de la compañía --el director territorial de la empresa, Joaquín Garrote; el jefe de Area en Extremadura, Félix Blanco; y el jefe de Factoría, Vicente García-- quiso hablar con los medios.

EL SUMINISTRO El responsable de la política energética extremeña señaló que en diciembre la empresa ya comunicó a la empresa su intención de cerrar la fábrica de Mérida. Una vez que Repsol ha retomado esta iniciativa hace unas semanas --y esta vez parece que de manera definitiva-- la preocupación de la Junta era "la garantía del suministro", aunque tras la reunión el Ejecutivo está "más tranquilo".

Aún así, José Luis Andrade dejó claro que el Gobierno regional no se "conforma" con estas primeras explicaciones, por lo que exigirá a Repsol "que demuestre operativamente cómo va a ser la distribución de gas tanto a granel como en botella" en todo el territorio extremeño. "La Junta se da por satisfecha desde el momento en que nosotros tengamos garantizado el suministro de gas", apostilló. Sobre el hecho de que la región vaya a ser la única de España sin una planta de este tipo, el director general insistió en que "en el momento en que tenemos garantizado el suministro de gas no necesitamos reserva estratégica de gas".

Por último, no aclaró las causas del cierre de la fábrica --"hemos pedido que se den esas explicaciones de manera oficial"-- ni cuando se consumará la clausura de la planta, decisiones que, destacó, se enmarcan en el ámbito de la política de empresa.

SEGUNDA REUNION Tras esta reunión los directivos de Repsol Butano acudieron al Ayuntamiento de Mérida, donde mantuvieron un encuentro con el alcalde emeritense, Angel Calle. Calle mostró su malestar por la situación que se ha generado y avisó a la compañía de que no recalificará los terrenos afectados, ubicados en el Polígono Industrial El Prado. A su juicio, este cierre se suma "a la sensación de progresivo desmantelamiento industrial de los últimos 25 años en Mérida".

Durante el encuentro, el edil solicitó a la empresa el mantenimiento de la fábrica como planta de almacenaje --como por otra parte se va a hacer en otras comunidades--, pero Repsol Butano le comunicó que se trata de una decisión firme que está apoyada en un descenso de las ventas que supera el 9%. Algo que, por cierto, contradice la visión del sindicato UGT, que asegura que se trata de una las pocas fábricas rentables de la empresa en toda España.

Por lo que se refiere a la situación de los 22 trabajadores de la planta, la compañía le comunicó que 2 de ellos están "cerca de la prejubilación", mientras que el resto serán reubicados en otras factorías tras la negociación con los sindicatos, cuyo plazo expirará en octubre. De forma paralela la empresa aumentará su red de distribución comercial.