La jornada inaugural del Congreso Internacional El espíritu de las ciudades se se convirtió en el primer espaldarazo oficial de autoridades y expertos a Cáceres como Capital Europea de la Cultura en el 2016.

María Antonia Trujillo, consejera de Fomento de la Junta, reiteró el apoyo del ejecutivo regional al proyecto de capitalidad cacereña por sus sobrados méritos patrimoniales y por aunar tradición y modernidad.

Según anunció, la Junta colaborará con el Ayuntamiento de Cáceres en una revisión del Plan General de Ordenación Urbana acorde con estos objetivos de capitalidad.

En la misma línea, Trujillo defendió una Europa en la que predomine un espíritu de tolerancia e integración y en la que se proteja el Estado del bienestar social.

El alcalde de Cáceres, José María Saponi, subrayó la idea de que el congreso internacional sirva de arranque para la capitalidad, aunque dijo que el camino no iba a ser fácil. No obstante, afirmó que se sentía acompañado durante el trayecto.

Edelmiro Rúa, director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid, también se unió a los deseos de que Cáceres fuera la Capital Cultural Europea en el 2016.

CONFERENCIA ESTRELLA La tierra cruda --elemento constructivo muy abundante en Extremadura-- debe abanderar la tercera revolución arquitectónica, cultural y social de la Humanidad. Así lo afirmó ayer el arquitecto y urbanista Jean Dethier, durante la jornada inaugural del Congreso Internacional El espíritu de las ciudades europeas .

El elemento con el que se construyeron las primitivas murallas de la ciudad de Cáceres ha demostrado su indiscutible fortaleza y valía a lo largo de la historia, a juicio de este experto. En este sentido, la tierra cruda --que ya fue la protagonista de grandes cambios en la historia del hombre-- se perfila como instrumento para llegar un desarrollo urbanístico sostenible.

CAMBIOS EN LA HUMANIDAD Durante una conferencia de más de hora y media, Dethier argumentó cómo la tierra cruda ha sido el elemento constructivo que ha propiciado los grandes cambios en la forma de vivir del ser humano. Los primeros pueblos que dejaron de ser nómadas para convertirse en sedentarios emplearon este material, indispensable durante la revolución neolítica. Las primeras ciudades de la humanidad fueron construidas en Mesopotamia hace 30 siglos también con tierra cruda.

Dethier considera que la tierra cruda puede ayudar al ser humano a realizar la tercera revolución, basada en hacer realidad el concepto de desarrollo sostenible.

"Para cambiar nuestra forma de producir y de vivir es necesario reducir el consumo de materiales industriales y reemplazarlos por materiales naturales que no consumen energía ni producen gases contaminantes. En este sentido, la tierra cruda es la mejor solución", apuntó.

EN EXTREMADURA En Extremadura y especialmente en Cáceres, este material constructivo es muy abundante y ofrece ejemplos muy claros de su utilidad y permanencia. De hecho, en palabras de Dethier, el uso de tierra cruda fue exportado a América. "Por eso este país y esta región deben tener la vocación de participar en la investigación cultural, económica y política de esta alternativa", dijo.