Los especialistas saben que la grasa que se acumula en la zona del abdomen es la que más influencia tiene en la obesidad y por lo tanto en las principales consecuencias de esta, los problemas cardiovasculares. Pero cuantificar este riesgo no había sido antes tan exacto y sencillo. Una simple división entre los centímetros de la circunferencia de la cintura y la altura determina el grado de riesgo cardiovascular de una persona. Si el resultado es 0,5 existe ya un riesgo cardiovascular "incrementado", si es 0,6 ya es "elevado". Con esta básica operación matemática el médico ya puede actuar e incentivar al paciente para que adelgace, sobre todo con la excusa suficiente de que "las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en países occidentales".

Este sencillo método, denominado Indice Cintura-Altura (ICA), resultante de la tesis doctoral de Juan Manuel Urbano, que supone el marcador de este riesgo más exacto hasta el momento, aleja las actuales medidas antropométricas que se vienen usando a nivel internacional, como el Indice de Masa Corporal (IMC) y la circunferencia de la cintura. "Porque no es igual la circunferencia de la cintura de Pau Gasol que la de una persona que mida metro y medio", defiende Urbano, cordobés de nacimiento y médico internista en el hospital portugués Santa Luzia de Elvas.

Los resultados de esta tesis elaborada desde el departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Extremadura ya han sido publicados en España y ahora se están traduciendo para su publicación mundial. Según su autor, esta medida servirá a los profesionales médicos para valorar los riesgos e incentivar medidas que frenen estos problemas de salud.

Actualmente clasificaciones como la de la Organización Mundial de la Salud hacen una categorización de la obesidad en base al IMC, pero según Urbano Gálvez, no es exacto para toda la población. Sin embargo, "el ICA es el método antropométrico mejor correlacionado con el riesgo cardiovascular global para ambos sexos y cualquier intervalo de edad, ya que no depende de la grasa total del individuo", explica Urbano, "sino de la grasa intraabdominal, que es la que realmente al metabolizarse puede ir a parar al hígado y no la grasa del brazo".

Tras tres años de trabajo, ahora esta tesis refleja la necesidad de la implementación de esta medida en la práctica médica. "Además, es la más sencilla, solo es necesario un metro". Los resultados son "fenomenales", porque además solo existía un estudio sobre este método. Para elaborar el trabajo se ha seleccionado una muestra de 883 españoles y portugueses. Este análisis desvela que el sedentarismo afecta al 92% de las mujeres y al 88% de los hombres. "Teniendo en cuenta que la media de edad de los individuos estudiados oscila en torno a los 35 años, son datos preocupantes, puesto que la vida sedentaria es un factor de riesgo cardiovascular y favorece la obesidad".

Los doctores Manuel Pérez Miranda y Luis Miguel Luengo Pérez han dirigido esta tesis, con la colaboración del Ministerio Portugués de la Salud y Grupo Delta Cafés.