El presidente José Luis Rodríguez Zapatero está demostrando una alta sensibilidad autonómica, que el líder de los socialistas extremeños incluso desarrolla. A su medida.

--Zapatero va en serio con la reforma del Senado como Cámara territorial. ¿Y usted?

--Cámara territorial ya lo es ahora, sólo que representa únicamente a las provincias. Al Senado hay que empezar a llamarle Cámara de las Autonomías, que aún no existían cuando se constituyó esta Cámara. El Senado nació concebido para una España centralista y la España de hoy es una España descentralizada. Por tanto, en el Senado tienen que estar ampliamente representadas las autonomías, sobre todo para que las dos grandes administraciones que operan en España se encuentren. No discuto tanto el modelo de Estado como su funcionamiento.

--¿Qué puede aportar la conferencia de presidentes?

--No lo sé, porque no está todavía articulada, ni tiene fórmula de funcionamiento. Sí creo que no debe ser una conferencia sectorial, sino un foro para hablar de los grandes temas de Estado. Tiene que asumirse que las comunidades también son Estado y que los presidentes también representan al Estado. ¿Es sensato que la UE se amplíe y las CCAA no digamos nada? Pues no, tenemos que opinar. También tenemos que decir algo sobre la sociedad de la información o los grandes temas de la educación.

--Para las relaciones con la UE caben varias opciones.

--La representación del Estado en el exterior corresponde al Gobierno central, eso está claro. Pero los nacionalistas, que partían de pedir representación directa, dieron un paso atrás para aceptar integrarse en la representación española. Quien no dio un paso adelante fue Aznar. Zapatero debe darlo y propiciar que en la delegación española esté una comunidad autónoma que lleve el mandato de todas.

--¿Quién eligiría esa CCAA?

--Podría hacerlo el Senado cada vez que el Gobierno le informe de qué va a discutir en Bruselas. Si va a hablar del plátano tiene que estar Canarias, y si discute del tabaco, pues tiene que estar Extremadura. O Galicia o Andalucía, si se habla de pesca. Es todo cuestión de diálogo y de entendimiento. Si quieren que participemos en la ejecución de las políticas de Bruselas, también tenemos que estar en su diseño. Lo que no podemos ser es los recaderos de decisiones que se toman a espaldas nuestras. Y esto no rompe la unidad de España.

--Más complicado, porque se habla de euros de modo más directo, puede ser la reforma de la financiación autonómica.

--Cada comunidad va a querer una reforma para tener más dinero. Yo creo que antes de reformar los estatutos habría que reformar España para que las desigualdades históricas desaparezcan. Que después se quiere conseguir que la diversidad quede bien reflejada, de acuerdo. ¿La financiación? Mire usted, si aquellos que defienden pagar por renta y recibir por habitante lo practican en su comunidad, me paro a pensarlo. Si en su comunidad practican lo contrario, no me lo pienso siquiera. Porque si algo así se aplicara en Cataluña, Barcelona recibiría casi todo el dinero. Hagamos propuestas coherentes.

--Si, como dice usted, se hacen antes las reformas en España en su conjunto, se demorarían las reformas de los estatutos.

--No tengo en mis manos los calendarios y, por tanto, no lo sé. Pero debería haber cierto consenso para saber hasta dónde estamos dispuestos a llegar. Es decir, yo creo que el proceso autonómico no está acabado. Cuando se hizo la Constitución, los tribunales superiores de justicia no existían. Veamos, pues, si el Supremo puede cederles más competencias.

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