El presidente del Consejo de Estado, el extremeño Francisco Rubio Llorente, aseguró ayer en Mérida que el organismo que preside recomendará al Gobierno que tome en cuenta las aportaciones que se realicen desde las distintas comunidades autónomas de cara a la anunciada reforma de la Constitución. Rubio Llorente, que ayer fue recibido por el presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, matizó sin embargo que "el papel del consejo en este asunto aún no está definido, porque el presidente del Gobierno anunció que le iba a dar un papel importante, pero todavía no se sabe en qué va a consistir".

Por lo que se refiere a la aportación del propio consejo, Rubio Llorente comentó que los políticos en ejercicio y, dentro de éstos, los que tienen responsabilidades de Gobierno en las comunidades autónomas, "pueden darnos a nosotros una visión práctica de las cuestiones, de la que podemos carecer, y viceversa, nosotros podemos aportar un punto de vista más técnicos".

DESINTERES POR EUROPA En cuanto a la alta abstención registrada en las pasadas elecciones europeas, el presidente del Consejo de Estado, tras señalar que "mi postura en el tema europeo ha sido siempre muy crítica, y sería ahora demasiado largo exponerla aquí", añadió que "el resultado supone que los europeos, no sólo los españoles, no nos sentimos aún representados en el Parlamento de Bruselas, y sí en mucha mayor medida por los parlamentos nacionales".

Por ello, Rubio Llorente indicó que "en la construcción de Europa deben seguir basándose mucho más en los parlamentos nacionales que en el europeo", al menos hasta que los ciudadanos de la Unión tengan una conciencia clara de qué es la UE.

FALSA CONSTITUCION Otro asunto abordado en el encuentro con Ibarra fue el de la Constitución Europea. En este sentido, el presidente del Consejo de Estado manifestó que "lo cierto es que se la llama Constitución por darle un nombre, porque en realidad es otro tratado internacional, como el de Amsterdam, que cada Estado debe luego ratificar.

Según comentó, "para que haya una Constitución tiene que haber un pueblo europeo, y no lo hay, lo que hay son pueblos de Europa: españoles, irlandeses, lituanos..., con lenguas distintas".

A su juicio, al texto se le ha denominado Constitución "como una manera de animar a la gente a sentirse miembros de Europa, pero es sólo un paso en el proceso de integración".