Casi 30.000 cabezas de ovino y caprino fueron sacrificadas el año pasado en el único gran matadero que existe en Extremadura, el de Olivenza (Badajoz), bajo el rito ‘halal’, como manda el Islam, para exportar gran parte de esta carne a los Emiratos Árabes Unidos, donde es muy apreciada. El empresario hispano jordano Ahmad Al Khatib, propietario del Grupo Golden World Wide, adquirió el matadero de Olivenza en 2014, después de más de cuatro años de inactividad, con la intención de convertir a Extremadura «en la despensa del mundo árabe».

Además de corderos y cabritos, en el conocido como matadero musulmán de Olivenza, se sacrificaron el año pasado más de 6.300 vacas, lo que generó 1.690.000 kilos de carne de vacuno, según los datos aportados por Golden World Wide. El 80 por ciento de la producción de este matadero se dedica a la exportación, sobre todo a los Emiratos Árabes, pero también a Arabia Saudí, Catar e Inglaterra. Por ello, prácticamente todos los sacrificios se llevan a cabo bajo el rito ‘halal’, es decir como manda el Islam, con el animal orientado hacia La Meca y mientras el matarife, que ha de ser musulmán, invoca el nombre de Alá cuando hace una incisión en el cuello de la res.

Las instalaciones cuentan con la normativa de calidad IFS-BRC, dos de los modelos de seguridad alimentaria más prestigiosos que existen en la actualidad y dispone también de una línea de certificación ecológica del animal. Según los datos aportados por el grupo empresarial, el matadero de Olivenza pasó de una facturación de cinco millones de euros en el ejercicio 2015 a ocho millones en 2017, lo que le ha permitido ser considerado como gran empresa.

En declaraciones a Efe, Ahmad Al Khatib ha destacado las grandes potencialidades que Extremadura tiene en agricultura y ganadería, por lo que cree que si se trabaja adecuadamente, la comunidad puede convertirse en una de las regiones «más importantes del Reino de España e incluso a nivel europeo». A su juicio, Extremadura «sigue siendo la gran desconocida» y «tenemos una cosa más importante que el oro o el petróleo, que lo material; tenemos la comida, la agricultura, la ganadería, tenemos todo».

La competencia

Al Khatib cree que la comunidad extremeña tiene que centrarse en estos dos sectores, porque «si los desarrollamos y los llevamos hasta el exterior, vamos a tener mucho más éxito». El empresario, sin embargo, no ve con buenos ojos los dos nuevos mataderos proyectados en las provincias de Cáceres y Badajoz, porque considera que Extremadura no tiene capacidad para disponer de tantas instalaciones de este tipo y cree que sería más eficiente que todos los empresarios interesados en el sector, en vez de hacerse la competencia, se unieran en torno a una gran industria.

En ese mismo sentido, Ahmad Al Khatib ha denunciado también la «competencia desleal» que sufre ante la falta de control que permite que entre ganado de fuera de la región, incluso de países europeos, que «falsifican la documentación y lo venden como si fuera ganado sacrificado en Extremadura». Asimismo, el empresario ha considerado un gran error que se exporten animales vivos de razas autóctonas, como la merina, a Irán o a Australia, ya que se está ofreciendo a otros «un producto estratégico que es de aquí».