Tras conocerse la noticia de la compra de todos los activos de la multinacional canadiense Lundin Mining en España por parte de Sacyr, todas las miradas estaban puestas en la reunión que se celebró ayer entre representantes de los nuevos propietarios de la mina de níquel de Monesterio, y la treintena de trabajadores que aún permanecen en el yacimiento realizando tareas de control, vigilancia y mantenimiento de las instalaciones.

Según ha explicado Saturnino Lagar, de la Federación de Industria de Comisiones Obreras, la reunión ha servido principalmente para «infundir tranquilidad» a los treinta y tres trabajadores de Río Narcea. «Se mantiene la misma situación laboral y el mismo organigrama, hasta que la empresa disponga de la Declaración de Impacto Ambiental», explica Lagar. Con la misma cautela que instituciones, trabajadores y centrales sindicales, han acogido esta información, Saturnino Lagar manifiesta que todas las expectativas de futuro siguen pasando por «la resolución favorable de la DIA». Aun así, desde CCOO abren una puerta a la esperanza. Se da la circunstancia, manifiesta Lagar, “que la filial de Sacyr que ha comprado los activos de Lundin, es la misma empresa que ha venido realizando las labores de prospección y exploración en la mina de Aguablanca», con lo que «nadie mejor que ellos conocen la cantidad de mineral que aún queda en el subsuelo». Se trata, concluye Lagar, de que «ésta es la empresa que mejor conoce la mina de Monesterio».

En cuanto a los trabajadores, José Antonio Godino, uno de los veintisiete mineros que conservó su puesto de trabajo tras el despido colectivo del pasado mes de junio, y que ha estado presente en la reunión con los representantes de Valoriza Minera SLU, en la reunión que se ha celebrado en las instalaciones de la planta, explica que, tras esta toma de contacto con los directivos de Sacyr, «vemos ciertas opciones de trabajo y de futuro, para nosotros y para los desempleados de nuestra comarca». En la reunión han estado presentes los responsables de seguridad y medio ambiente y Valoriza Mineral.

OPTIMISMO / Desde que Río Narcea anunciara el cierre de la explotación minera nunca se ha perdido la esperanza de poder continuar las labores de extracción hasta que se agoten los recursos disponibles. La mina aun puede tener algunos años de vida productiva, pero para ello se hacía necesaria la compra de un yacimiento que dejó de interesar a la multinacional canadiense a principios de este año, por su baja rentabilidad. La unión en la lucha, bajo la consigna de «Aguablanca no se cierra», protagonizada por trabajadores, instituciones, centrales sindicales y toda la sociedad de la comarca minera, han logrado conseguir que hasta el día de hoy no se haya desmantelado la explotación, y que ya exista una empresa interesada en el yacimiento. «A partir de ahora se hace más que necesaria que nunca una Declaración de Impacto Ambiental favorable», explica José Antonio Godino, pues los propios responsables de Valoriza Minera, han explicado a los trabajadores «estar atados de pies y manos», pues hasta que no se obtenga la declaración no podrán continuar con nuevos sondeos y exploraciones, que puedan dar como resultado final la nueva puesta en funcionamiento de una explotación, que de manera directa, o indirecta, ha dado trabajo a más de trescientas familias de las localidades de Monesterio, Santa Olalla del Cala, El Real de la Jara o Cala.