Paz social, estabilidad, tranquilidad y equilibrio. Fueron las palabras más usadas ayer tanto por los representantes de las organizaciones agrarias como por los portavoces de los sindicatos para describir cuál será al ambiente que se vivirá en el campo extremeño en los próximos dos años y medio.

Tal y como ellos mismos aseguraron, después de "mucho esfuerzo", ambas partes han logrado firmar el nuevo convenio colectivo extremeño que regulará las condiciones tanto de los trabajadores fijos como de los eventuales que hacen su jornada en el sector agrícola. Entre todos suman unos 67.000 empleados, mientras que hay más de 10.000 empresarios.

El acuerdo tiene vigencia por tres años (2016-2018) y las principales novedades es que habrá subida salarial --que se aplicará con carácter retroactivo este año-- y se pondrá en marcha la Tarjeta Profesional Agraria (TPA).

En cuanto al primer punto, el incremento de los sueldos será del 2,1% en total (1% en 2016, 0,6% en 2017 y 0,5% en 2018). Esto supone para los trabajadores fijos una subida media de 18 euros al mes (quien tiene el salario más alto, el titulado superior, cobrará 22 euros más, mientras que para el peón agrícola serán 15 euros más). Para los empleados eventuales, el aumento será de unos 84 céntimos al día, teniendo en cuenta que cada jornada es de seis horas y media.

DISCREPANCIAS Precisamente esta mejora de las condiciones laborales de los trabajadores del campo ha sido el motivo por el que Asaja Extremadura no ha querido sumarse a la firma del nuevo convenio colectivo --que sí han rubricado las organizaciones profesionales agrarias (OPAS) regionales UPA-UCE, APAG Extremadura ASAJA y COAG, así como los sindicatos UGT y CCOO-- alegando que el país se encuentra en una situación de incertidumbre política y que, por tanto, se debería haber esperado a la formación del nuevo Gobierno.

Según Ignacio Huertas, secretario general de UPA-UCE Extremadura, "la propuesta que sí aceptaban y la que finalmente se ha cerrado implica una diferencia de 23 céntimos más al día en los tres años de vigencia". "Flaco favor le ha hecho al sector --continúa Huertas--, no entendemos que no hayan firmado porque es una subida razonable para todas las partes".

Por su parte, el presidente de Asaja Extremadura, Angel García Blanco, manifiesta que su organización ha hecho un ejercicio de "responsabilidad y coherencia" y que su propuesta era una subida salarial del 0,5% para los tres años, unas cantidades que considera "realistas y que se adecuan perfectamente al momento actual económico", ya que cree "desproporcionado" el incremento del 1% para 2016.

SEGURIDAD LABORAL El otro punto novedoso del convenio, la Tarjeta Profesional Agraria (TPA), tiene como objetivo mejorar la seguridad laboral en el campo teniendo en cuenta el incremento sustancial de accidentes que ha experimentado el sector tanto en 2015 como en lo que va de año. La idea es activar una certificación similar a la que existe en la construcción y que implica que el trabajador recibe formación en riesgos laborales y pasa un examen médico.

Lo que recoge el convenio exactamente es que se cree una comisión que estudie cómo poner en marcha la TAP en este periodo de tres años. "El problema del campo es la eventualidad, hay agricultores que contratan por un día, de manera que lo que planteamos es que esa tarjeta tenga una vigencia de un año para que el trabajador no tenga que estar continuamente pasando controles", explica Ignacio Huertas.

Este nuevo acuerdo del campo mantiene el día de San Isidro como jornada festiva, el 4% en la antigüedad y las tres pagas extaordinarias que se abonan en la primera quincena de julio, en la de diciembre y en el mes de mayo (lo que se conoce como la paga de beneficios).

Asegura Francisco Rodríguez Corbacho, responsable del sector agrolimentario de la Federación de Industria de CCOO, que este convenio "es el más importante de la región". "Se empezó a negociar en marzo y ha culminado a finales de julio y en mejores que condiciones que el anterior, que se firmó en diciembre tras la reforma laboral".

Su homólogo en UGT, Miguel Talavera, subraya que la negocación ha sido "complicada" y que ahora es necesario "complementar este convenio con otro estatal".

El presidente de la COAG, Juan Moreno, afirma que no se podía dar respuesta a las primeras reclamaciones sindicales en cuanto a subida de los sueldos "porque el sector de la agricultura va perdiendo renta año tras año", de manera que se siente satisfecho con el incremento del 2,1% hasta 2018.

Juan Metidieri, de APAG Extremadura ASAJA resalta que "es muy difícil que un empresario del campo, un autónomo, acepte un aumento salarial, pero tan necesarios son los buenos empresarios como los buenos trabajadores".

Asimismo, Huertas concluye que se ha tenido en cuenta la problemática del precio de los productos y el esfuerzo de los empleados: "Esto va a ayudar a que haya mano de obra en el sector".