Y alguno decía que no iba a durar ni un año, afirmaba ayer un diputado del PP nada más acabar el último pleno de presupuestos señalando al presidente extremeño. Monago salía del hemiciclo con una sonrisa de lado a lado de la cara y recibiendo la felicitación de los suyos y también de los contrarios, entre ellos el propio Vara, quien no tuvo más remedio que reconocer con mirada de fastidio cómo su contrincante acababa de salirse con la suya aprobándose los últimos presupuestos de la legislatura con mayoría absoluta y, encima, para unas cuentas expansivas en pleno año electoral.

El PP tiene 32 diputados y el PSOE tenía 30 hasta septiembre del año pasado. Digamos que hasta ese momento Izquierda Unida jugaba un papel de contrapeso pues sus 3 abstenciones permitían aprobar por mayoría simple las cuentas públicas. Pedro Escobar y su gente eran quienes dejaban pasar a la derecha, decía entonces el PSOE, lo que ellos negaban de forma reiterada pero sin éxito. Sin embargo, después del verano de 2013 los dos diputados regionalistas del Prex-Crex que iban en coalición con los socialistas se salieron del PSOE y formaron el grupo mixto, lo que hizo cambiar el tablero de juego. Ya el año pasado estos dos diputados apoyaron las cuentas del PP, lo que diluyó la abstención de Izquierda Unida. Pero esta vez, cara a 2015, había dudas al respecto, si bien al final ha ocurrido lo mismo, lo que se traduce en que los populares obtienen 34 apoyos (32 propios y 2 de los regionalistas) frente a 28 votos en contra del PSOE y 3 abstenciones de Izquierda Unida. Por mucho que el portavoz socialista, Valentín García, se empeñara en señalar ayer que la coalición de izquierdas sigue permitiendo que el PP campe a sus anchas, el cuento no es el mismo; ahora aún votando éstos en contra, las cuentas saldrían adelante.

Decía Enrique IV que 'París bien vale una misa' en el sentido de que no importaba hacerse católico si ello llevaba aparejado reinar en Francia. Ayer el portavoz de los regionalistas, Damián Beneyto, debió pensar lo mismo pero con Plasencia. Porque, al final, su apoyo dependió de una enmienda presentada por ellos para que se arregle una avenida de esta ciudad, la de Martín Palomino, que comunica su zona industrial. Los regionalistas quieren 'rentabilizar' esta vieja reivindicación de la ciudad buscando el guiño de los electores placentinos y ello llevaba aparejado ponerse el traje del PP por unas horas. Los populares transigieron en un receso de 5 minutos que el presidente concedió antes de someter a votación todas las enmiendas presentadas, y en los pasillos se alcanzó un acuerdo que acabó con todo el PP en pie y aplaudiendo. Un éxito.