La vida de Sandra Avilés discurre entre Peraleda del Zaucejo, donde vive con su madre, Margarita Pérez, y Azuaga, donde se desplaza todos los días en minibús para acudir al centro de Aprosuba 10. Allí estudia y comparte el día a día con sus compañeros. Cuando regresa por la tarde, espera a que su madre termine de ver su programa favorito de la televisión para ir a ver a sus siete perros, por los que siente debilidad. Sandra, que padece Síndrome de Down, nació en Barcelona de donde es su madre Margarita Pérez. Cuando su padre las abandonó se trasladaron a Extremadura.

"Aquí es todo mucho más fácil", señala Margarita, quien acude este año por primera vez al encuentro anual de las familias de Feaps en busca de información y de apoyo de otras familias.

Tener a su cargo a una persona con discapacidad intelectual requiere "mucha paciencia", pero esta dedicación, que Margarita compagina con su trabajo en los servicios de Ayuda a Domicilio ayudando a personas mayores, tiene recompensa. Sandra quiere formarse para devolver a su madre tanto esfuerzo. "Quiero cuidar de ella cuando sea mayor y me necesite", dice.

Entre besos y abrazos, Margarita reclama más oportunidades laborales para su hija, a quien ve preparada para desempeñar determinados trabajos adaptados a sus circunstancias. "Lo que hace, lo hace bien. En casa realiza todo tipo de tareas, pero necesita ser más independiente".