Porque la violencia de género no siempre da la cara. Porque la víctima muchas veces prefiere ocultarlo, callarlo. Porque sus entornos en ocasiones tampoco se lo ponen fácil. Porque tienen miedo. Porque no quieren causar problemas. Porque se sienten solas. Porque les da vergüenza... Por todo eso y más, la violencia de género sigue muy encerrada en casa y desde el Servicio Extremeño de Salud (SES) quieren contribuir a que afloren los casos que siguen escondidos.

Con ese fin, el área de salud de Don Benito-Villanueva de la Serena puso en marcha el pasado mayo un programa mucho más ambicioso que el que existe ahora para detectar estas situaciones de maltrato contra la mujer. Los resultados obtenidos en solo 40 días evidencian dos realidades: el arraigo de esta lacra en la sociedad extremeña y el éxito de esta nueva iniciativa.

Los primeros resultados

De las 347 entrevistas realizadas en esos días, 24 de ellas fueron catalogadas como posible caso de violencia de género no confirmada por los cuestionarios, a las que se les realiza un seguimiento periódico, y además se detectaron ocho mujeres víctimas, es decir, una mujer cada cinco días, y la mitad de estas presentaban riesgo extremo. «Es algo inédito si tenemos en cuenta que en el 2017 se detectó un caso de violencia de género cada 23 días. Los resultados indican que el programa de cribado basado en la búsqueda activa de casos es muy potente y de gran utilidad, multiplicando en 4,5 veces el poder de detección de la violencia de género por los servicios sanitarios», explica José Fernando Pérez, coordinador de Formación de la unidad docente multriprofesional de Atención Familiar y Comunitaria del área de salud Don Benito-Villanueva de la Serena.

A partir de los 14 años

Este nuevo programa de cribado consiste simplemente en que el médico realiza varias preguntas a sus pacientes. «Hasta ahora se venía haciendo a mujeres con signos o síntomas de sospecha de padecer una situación de maltrato. Sin embargo, replicando el programa que se viene realizando desde hace dos años en la Comunidad Valenciana y que ha sido seleccionada como una buena práctica por el Ministerio de Sanidad, se realiza a todas las mujeres mayores de 14 años», prosigue el facultativo. A todas ellas, se les hace una serie de preguntas de abordaje psicosocial buscando indicios de violencia de género «y ante la mínima sospecha se pasa un primer cuestionario AAS (Abuse Assesment Screen) para detectar si existe violencia».

Si el resultado es dudoso se realiza un seguimiento de la paciente y si es positivo se plantea un segundo cuestionario DA (Danger Assesment) para determinar si existe riesgo extremo. «Esto determinará si la derivación debemos hacerla de forma urgente activando el 112 o si por el contrario podemos esperar a derivar, a través del trabajador social, a los distintos dispositivos de atención a la violencia de género con los que cuenta la comunidad», prosigue.

El cribado se realiza a través de una aplicación informática asociada a la historia clínica Jara que permite administrar estos cuestionarios fácilmente y obtener resultados de forma automatizada. El resultado queda registrado en la historia clínica de la paciente.

Este nuevo programa piloto ya ha demostrado con creces su éxito, que en parte, según Pérez, radica en la formación y sensibilización de los sanitarios y de la población. «Los profesionales se han sensibilizado sobre la necesidad de su realización y la población empieza a ver con cierta normalidad que el profesional sanitario le pregunte sobre su vida familiar». Y para la puesta en marcha, también se ha formado un equipo multidisciplinar compuesto por médicos, enfermeros, trabajadores sociales, psicólogos, directivos,... en colaboración con los puntos de atención psicológica de los ayuntamientos de Villanueva de la Serena y Don Benito, dependientes del Instituto de la Mujer de Extremadura.

¿Por qué se decidió iniciar la experiencia en esta área de salud? «Porque dentro del SES es una de las más sensibilizadas en cuanto a la violencia de género. Aquí venimos realizando de forma periódica una formación reglada sobre esta materia y, a pesar de ser una de las áreas con un menor número de denuncias por violencia de género, es sin embargo el área donde los profesionales sanitarios hacen un mayor número de declaraciones, más de la tercera parte de todas las de la comunidad».

Por eso, tras probar este nuevo programa y conocer su éxito, la intención del SES es ponerlo en marcha también en el resto de áreas de salud de la región y actuar especialmente en los servicios de Urgencias de los hospitales. «Actualmente se están planificando los contenidos formativos, la campaña de difusión a la población, revisando los procedimientos de puesta en marcha del programa para mejorarlos y poder en breve implementarlo».

José Fernando Pérez es tajante a la hora de destacar el importante papel de los sanitarios frente a esta lacra: «hay estudios que indican que el 60% de las mujeres prefieren relatar el problema a sus médicos de cabecera antes que a la policía y a los servicios sociales. «Y aunque los médicos de familia son los que mejor conocen y siguen al paciente y a su familia, dentro del centro de salud son claves también la enfermería, la pediatría, las matronas y por supuesto los trabajadores sociales que también son los encargados de vehiculizar a las mujeres maltratadas hasta los diferentes recursos». «Y no hay que olvidar la fundamental actuación de los servicios de Urgencias ante una situación de riesgo extremo así como otros servicios muy relacionados con la mujer y sus patologías».

«Hay que confiar, hay salida»

El facultativo lanza un consejo a los profesionales para enfrentarse a esta lacra: «hay que tener una actitud de alerta y búsqueda activa de conductas, síntomas y signos de sospecha; y no hay que tener miedo a preguntar, la mayoría de las mujeres maltratadas están esperando a que se les pregunte de forma directa y no valorativa». También hay una mensaje para ellas, las mujeres: «cuéntanos que te está pasando, confía en tu personal médico porque hay salida a la violencia de género» .