Los pacenses hicieron frente al frío viento que arreció durante todo el día del pasado Viernes Santo para ver salir a la Virgen de la Soledad de su ermita a hombros de los costaleros, que vieron dificultada su labor precisamente por el efecto del fuerte vendaval, aunque lograron mantener la imagen en su posición, no solo a la salida, sino durante todo el recorrido hasta su regreso, en medio de continuos aplausos y vivas, jalonados por el canto de numerosas saetas.

Con unos 450 nazarenos y la policía local de custodia con el estreno de su nuevo traje de gala, los pasos del Amarrao´ (Jesús de la Humildad), el El Humillao (Ecce Homo) acompañaron a la patrona en la procesión Del Rosario , a la que esperaban cientos de mujeres con velas, el alcalde y varios concejales en uno de los momentos más solemnes de la Semana Santa pacense, junto con la procesión del Silencio, que salió la madrugada anterior con su impresionante paso por los jardines de Trinidad.

La tarde del viernes salió también de San Agustín el Santo Entierro, de la cofradía fundada en el 1604, con el Cristo yacente y la Virgen de las Lágrimas, acompañados por la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo Rey y la Banda de Música de Badajoz, respectivamente. La procesión estrenó cuatro candelabros del paso de la urna y los faldones anteriores con nuevo escudo de la hermandad.

Para esta madrugada estaba prevista la procesión del Resucitado, del convento de Santa Ana, cuyas imágenes se separan en un punto del recorrido para seguir caminos distintos y encontrarse en la plaza de España.