"Venimos a menudo y hemos aprovechado este vuelo tan barato, por 50 euros, ya que el billete de Barcelona a Badajoz cuesta 400". Así se expresó Monserrat González tras bajar del avión, en el que viajó desde el aeropuerto de Sondika (Bilbao) al de Badajoz, en el primer vuelo regular entre estas dos ciudades, que comenzó a funcionar ayer.

El avión CR2, un turborreactor de Air Nostrum que enlaza Badajoz y Bilbao con un vuelo de ida y otro de vuelta los jueves y los domingos, aterrizó en el aeródromo pacense hacia las 13.30 horas con 28 pasajeros y regresó a la capital vasca 40 minutos después con otros 26. Todos ellos estrenaban así la línea aérea que une ambas ciudades sin escala en Madrid. De este modo, el recorrido dura una hora, para delicia de quienes hasta la fecha viajaban al País Vasco y tardaban en torno a ocho horas en coche y 14 en autobús o en tren.

Los pasajeros del avión a Bilbao se encontraban ya a bordo cuando tomaba tierra otro aeroplano idéntico procedente de Barcelona. Poco después, el primer vuelo con destino al País Vasco desde Extremadura iniciaba el despegue sin incidentes. En general, en la terminal pacense todo funcionaba como de costumbre, con una única novedad: el nuevo destino que por primera vez mostraba uno de los monitores.

La línea se estrenó con más de la mitad del pasaje, algo "que es interesante", según Francisco Alonso, jefe de escala. En su opinión, la de ayer fue "una ocupación buena para el primer día y ya hay una previsión del 85% de la capacidad del avión en el próximo mes". Otro factor de interés que señaló fue la duración del vuelo, "58 minutos", y la comodidad.

Entre los viajeros que tomaron este primer vuelo, la mayoría iban o venían a ver sus familias, lo que demuestra que existe una importante presencia de extremeños en el País Vasco. Otros viajaban por motivos de negocio, profesionales y por turismo, pero casi todos destacaron que esta primera oferta les había parecido muy atractiva. La única excepción fue la de una pasajera, Nazaret Colinas, que se quejaba de que esos precios "fueron solo para los primeros billetes, a 40 euros, pero 10 minutos después ya no existían y los más baratos costaban 180 o 300. Yo conseguí uno a 120 euros por teléfono", explicó.