La cosecha del arroz en la región este año será "buena" en cuanto a producción y "excelente" en calidad. Esas son las previsiones con las que trabaja Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura, donde advierten que los resultados podrían haber sido incluso mejores si la Unión Europea hubiese mantenido el permiso para utilizar ciertos productos fitosanitarios muy extendidos entre los agricultores. Según sus estimaciones, se prevé cosechar hasta siete toneladas por hectárea --se han cultivado más de 30.000 en toda la comunidad autónoma--.

Las quejas de Cooperativas Agroalimentarias se centran en la prohibición de sustancias como el malatión, un insecticida usado para eliminar mosquitos, la mosca de la fruta y la prudenta --insecto que reduce la calidad del arroz--. Fue vedado completamente por las autoridades comunitarias el pasado 22 de julio, al considerar excesivo su impacto sobre los ecosistemas --los peces no son capaces de metabolizarlo y mueren ante altas concentraciones de esta sustancia--. Y el sector, con el apoyo de la administración autonómica, se ha pasado todo el verano buscando una sustancia alternativa eficaz ante plagas y enfermedades.

"La prohibición ha supuesto para los agricultores mayores costes y tratamientos menos eficaces‡", aseguran en Cooperativas Agroalimentarias, donde se integran las principales cooperativas arroceras de la región. Su recomendación a los productores ha sido tratar sus explotaciones con productos fitosanitarios autorizados y bajo las recomendaciones y coordinación de los técnicos de las cooperativas, dado que la Comisión Nacional de Evaluación de Productos Fitosanitarios desestimó la petición de uso excepcional del malatión durante esta campaña y hubo una "falta de respuesta oficial por parte de la Administración para poner en marcha varias medidas que paliasen este grave problema".

Para Cooperativas Agroalimentarias es contradictorio que no se permita utilizar en la agricultura esta sustancia, que por contra sí se usa en poblaciones y cuencas fluviales para luchar contra las plagas de mosquitos.

Asimismo, advierten de que, como cada estado miembro de la UE toma los criterios que considera oportunos para el uso y comercialización de fitosanitarios, puede que a España lleguen productos alimentarios tratados con materias activas no autorizadas por la UE pero que pasen los controles ya que no superan los límites de residuos permitidos por la normativa ni se advierte de su utilización en el etiquetado.