Apenas hay conejos, casi no es fácil abatir perdices, las liebres brillan por su ausencia y no se ven tórtolas ni zorzales. Las especies más emblemáticas de la caza menor en Extremadura están desde hace años en una situación calamitosa y el último inicio de la temporada cinegética ha puesto de relieve que o se actúa de forma inmediata o pronto no habrá nada que hacer. Es la alerta que lanzan desde la Mesa de la Caza, que solicita a la Junta de Extremadura que inicie cuanto antes la negociación con el sector para poner en marcha los planes de recuperación que contempla el Plan General de Caza y que ni se han definido aún.

«Es pronto para hablar de cifras, pero hay menos caza de lo que había al final de la temporada pasada», afirma José María Gallardo, portavoz de la Mesa de la Caza, y advierte que si ya el año pasado «se cazaron cuatro días, habiendo cuidado los cotos, ¿adónde vamos a llegar?»

Desde el organismo que aglutina el sector cinegético extremeño lamentan el «desastroso» inicio de la temporada de caza menor, lo que a juicio de ellos hace que sea aún más necesario aprobar «cuanto antes» un plan urgente de recuperación de la caza menor con medidas que permitan garantizar el futuro de estas especies y de la actividad en la región. Hace un mes, la mayoría de los cotos no habían abierto aún, precisamente porque no había caza, una circunstancia que se agrava desde hace años y que roza una situación límite.

Poblaciones escasas / La realidad es «demoledora», según afirma el colectivo, que advierte de que hay una presencia «muy escasa» de especies tan imprescindibles para los ecosistemas extremeños como son el conejo, la perdiz, la liebre, la tórtola y el zorzal. Todas ellas son especies que además de relevancia cinegética, tienen una gran importancia medioambiental dentro de la cadena trófica, como alimento imprescindible de especies protegidas que hay en Extremadura (la reintroducción del lince no se puede materializar con garantías si no hay conejos); y al mismo tiempo repercuten enormemente en la economía de muchas zonas rurales de la región.

La Mesa entiende que la situación de las especies de caza menor en la región está llegando a un punto de «no retorno» y que es ahora cuando deben adoptarse unas medidas urgentes, antes de que sea «demasiado tarde» para revertir la situación. De hecho la Federación de Caza, incluida en este órgano, está ultimando un proyecto de recuperación de la fauna menor que remitirá la próxima semana a la Junta.

El Plan General de Caza de la Junta reconoce la complicada situación del conejo, que ha perdido al 80% de su población y, aunque a lo largo de los últimos años se han puesto en marcha numerosas iniciativas, no han dado resultados. Junto a eso, la desaparición del conejo ha ido incrementando también la presión sobre otras especies como la perdiz y la liebre, con poblaciones ya muy mermadas igualmente.

«La Junta se ha comprometido a impulsar un gran proyecto en 2017, pero hay que empezar a hacer algo ya», afirma Gallardo. La Junta no se ha pronunciado.