Ganaderos e industriales confían en que si en los próximos días siguen las precipitaciones de esta semana la montanera -período en el que el cerdo se alimenta de bellota y los recursos de la dehesa- «podría ser aceptable», aunque no ocultan su preocupación por la situación actual derivada de la sequía que ha sido la protagonista este otoño. Así lo asegura a la agencia Efe el industrial Francisco Javier Morato, presidente de turno de la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (ASICI), que agrupa al 95 por ciento del sector ganadero e industrial del porcino ibérico.

La montanera suele ir de finales de septiembre a enero o febrero, dependiendo de la meteorología, y coincide con la fase final de la cría y engorde del cerdo ibérico, en la que se busca que el animal alcance el peso ideal de sacrificado, que está en torno a los 180 kilos. En este sentido, Morato sostiene que el campo necesita la lluvia pronto y que esta sea generosa, para que así haya hierba y se garantice la calidad de la bellota, porque aunque la bellota aguanta perfectamente el periodo otoñal «estamos en los últimos momentos para poder sacar una buena montanera».

«Los arboles están cargados de bellota y aunque no es la mejor campaña de los últimos años tampoco es de las peores», afirma Francisco Javier Morato, que tampoco se atreve a aventurar, por tanto, la incidencia que tendrá en el número de cerdos que se sacrificarán. Según recuerda, en principio sería similar a la del pasado año, en la que se sacrificaron entorno a 700.000 cerdos ibéricos de bellota de las categorías de 100, 75 y 50 por ciento.

En cuanto a que incidencia tiene la montanera en las ventas, Francisco Javier Morato explica que este no es un tipo de sector en el que se facturan los productos basándose en el precio de costo, sino en el valor de reposición. «Como decían nuestros antepasados: donde descuelgo un jamón tengo que colgar otro», manifiesta el presidente de ASICI, quien añade que, «según me cuesta el que cuelgo, así tendré que vender el que descuelgo, aunque eso es la teoría, porque es la oferta y la demanda la que marca poner los precios más o menos altos».

cerdos sacrificados // Según los últimos datos facilitados a Efe por la asociación, en los tres primeros trimestres del año 2017 se han sacrificado un total de 2.561.848 cerdos ibéricos, de los que el 55 por ciento son de cebo (100, 75 o 50 por ciento ibérico, criado en el campo y alimentado con cereales y leguminosas) y el 20 por ciento de cebo de campo, criado en el campo y alimentado con cereales y leguminosas.

En esta línea, cabe destacar que el resto se lo reparten los ibéricos de bellota (50 o 75 por ciento ibéricos, que se alimentaron en la dehesa), que suponen el 13 por ciento de los animales sacrificados, y los bellota cien por ciento de raza ibérica, que se han engordado con bellotas y recursos de la dehesa, que representan el 12 por ciento. Por último, el año pasado se cerró con un total de 3.194.712 cerdos ibéricos, casi un millón de animales más que en el año 2013, que con 2.184.294 tuvo el peor registro de los últimos cinco años, según informa la asociación interprofesional.