Cientos de años después de la llegada de Pedro de Valdivia a Chile las secuelas de la colonización extremeña brotan en forma de plantas por toda la región de La Serena. Las ovejas que llevaron los colonizadores transportaban en la lana y en sus estómagos semillas de plantas que con el paso del tiempo se han extendido por casi toda la región, amenazando con la extinción de la flora autóctona.

Ello, unido a la mala gestión en el pastoreo ha provocando un problema de desertización en una zona muy similar a la extremeña. Al menos esa es la teoría del profesor de Producción Animal de la Uex, Daniel Patón, quien asegura que este problema podría darse en Extremadura, aunque de una forma más lenta que en Chile, si no se lleva a cabo un adecuado manejo de pastos.

Patón sostiene que los extremeños impusieron el pastoreo continuo, algo que en Extremadura no genera muchos problemas, pero en Chile provoca desertización debido a que la flora de La Serena no estaba acostumbrada a los rumiantes.

Como solución, el profesor de la Uex propone algo que ya se hace en Chile: el pastoreo rotacional. Para ello se cierra al ganado una parte de la finca durante un par de años, lo que posibilita que la tierra se reponga, aumentando con ello su producción.