Hace un tiempo, las empresas de seguridad privada no daban abasto. Sus plantillas --que no pueden ampliar fácilmente, dado que sus trabajadores (los vigilantes de seguridad) deben superar un examen del Ministerio de Interior-- se quedaban cortas frente a la elevada demanda de sus servicios, lo que les llevaba con mucha frecuencia a tener que recurrir a las horas extra. Pero, como dice una canción, hoy los tiempos han cambiado y el año pasado las contrataciones del sector cayeron un 4% en el 2009, porcentaje que se eleva al 6% en lo que va de año.

Algo que ocurre a pesar de que, según un estudio encargado por la Asociación Profesional de Compañías Privadas de Servicios de Seguridad (Aproser) --que aglutina a las 13 empresas más grandes, que concentran en torno al 80% del negocio--, los extremeños tienen una buena percepción de este sector y sus profesionales. Según las conclusiones del informe, siete de cada diez encuestados en Extremadura cree que las labores de los vigilantes complementan bien las de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y un 77% tiene una opinión buena o muy buena de estos profesionales.

Actualmente, 1.150 personas trabajan en este sector en Extremadura, según explicó el delegado de Aproser en Extremadura y gerente regional de Securitas, Manuel Domínguez, que situó el mantenimiento de estos puestos como su "principal preocupación". Así lo manifestó en un encuentro con los medio de comunicación en Mérida, en el que estuvo acompañado por el delegado de Prosegur en la comunidad, Rogelio Sánchez, y el secretario genera de Aproser, Eduardo Cobas.