La cofradía de la Soledad y el Santo Sepulcro pudo salir ayer en procesión pese a que una hora y media antes del desfile la lluvia que cayó en Plasencia hizo temer lo peor. Pero el tiempo dio una tregua y, aunque chispeó nada más iniciarse el desfile, pudieron salir sus cinco pasos, todos a hombros y cargados por un total de 80 costaleros.

Multitudinaria fue también la asistencia a la penúltima procesión de la Semana Santa placentina. No fue un desfile con estrenos, tan sólo el vestido de La Magdalena, pero sí uno de los más participativos porque a sus 700 cofrades ataviados de blanco y negro se unieron como autoridades el obispo Amadeo Rodríguez, la alcaldesa Elia Blanco, el presidente de la diputación provincial, Juan Andrés Tovar, y el capitán de la Guardia Civil de Plasencia, Tomás Gutiérrez, acompañado por un nutrido grupo de guardias civiles, que además escoltaron al Sepulcro.

La urna barroca con el Cristo yacente abrió el desfile, seguido por San Pedro Arrepentido, La Magdalena y San Juan. Cerró la procesión Nuestra Señora de la Soledad, acompañada por mujeres de luto con peineta y mantilla. Las bandas de la OJE y los romanos pusieron la música.