Hasta 5.000 intervenciones quirúrgicas suspendidas el año pasado y en su mayoría por causas ajenas al paciente. Este es el balance negativo que arrojó el Servicio Extremeño de Salud (SES) en 2013 frente a otras 88.387 operaciones programadas y llevadas a cabo. Esto quiere decir que de cada cien actuaciones previstas en quirófanos de Extremadura, cinco tuvieron que ser aplazadas por fallos propios del sistema.

Por regla general, las distintas comunidades autónomas son reacias a ofrecer el dato del número de intervenciones que deben suspender cada año. No en vano, supone sacar a la luz sus propias carencias. Sin embargo, es común en todos los territorios que se registre un porcentaje considerable de fallos.

El SES no ha tenido inconveniente en facilitar esta información ahora, dado que se marca como objetivo afrontar el problema y solucionarlo en un corto periodo de tiempo. Según su gerente, Joaquín García, "si se le pide responsabilidad al paciente para el sostenimiento del sistema público de salud, también hay que exigírselo a los gestores y no en menor medida a los facultativos".

A su juicio, estos 'errores' no son nuevos, se repiten desde hace años. En algún caso se consideran hasta un mal endémico de la Sanidad pública, una cuestión con la que no está en absoluto de acuerdo. Hay que tener en cuenta que cuando Sanidad se refiere a intervenciones quirúrgicas programadas y a la vez suspendidas, quiere decir que el quirófano está listo y preparado, pero que por causas ajenas al enfermo hay que aplazar la operación a otro día. Este fenómeno se repitió el año pasado del orden de las 400 veces al mes o lo que es lo mismo una media de entre 15 o 20 veces al día en el conjunto de las ocho áreas de salud de la región.

En su opinión, es cierto que en alguna ocasión el cirujano se ve obligado a aplazar una intervención porque el enfermo se indispone. Puede presentar un cuadro de fiebre o sufrir un ictus, por poner dos ejemplos. Pero por regla general, las suspensiones se deben a que no se ha preparado adecuadamente al paciente, no aparece su historia clínica o ésta está incompleta, se le ha permitido que ingiera alimento momentos antes de la intervención porque no se le ha avisado convenientemente o en planta no lo han tenido en cuenta, etcétera. En suma, errores que dan al traste con un proceso muy costoso y que, de algún modo, vienen a incrementar la fatídica lista de espera.

SALIDAS Y ENTRADAS Actualmente el número de pacientes en espera estructural es de 23.189 (dato del 31 de diciembre de 2013). En cuanto a la lista de espera quirúrgica, aumentó a lo largo del año pasado un 0.47% con respecto a 2012, es decir, hay 109 pacientes en lista de espera más que al cierre del ejercicio anterior. En 2013 salieron de la lista de espera para cirugía un total de 76.462 personas, pero a la vista de los datos entró en la misma un cómputo similar de pacientes, de manera que permanece casi inamovible.

Se realizaron 88.387 intervenciones quirúrgicas, lo que supuso un aumento del 2,17% de la actividad con respecto al año anterior, a pesar de no contar en todo el año 2013 con jornadas de tarde ni con un aumento de la derivación a otros centros.

Para Joaquín García, si se hubieran realizado las 5.000 operaciones suspendidas, la lista de espera quirúrgica hubiera experimentado una rebaja considerable. Es más, en sólo dos o tres

años se podrían alcanzar las cifras de hace una década, cuando la lista de espera quirúrgica estaba entre los 17.000 y los 18.000 pacientes.

En algún hospital se está optando por llamar a pacientes 'suplentes' por si se produce un fallo del 'titular', pero según afirma Joaquín García el programa no está resultando del todo eficaz dado que resulta difícil preparar a un enfermo cara al quirófano si luego no va a ser operado. El reto a su juicio pasa "porque todo funcione como un reloj, conseguir que que encajen todos los engranajes de un hospital de manera que nada quede supeditado al azar".

En este sentido, deben revisarse todos los protocolos establecidos "y lograr una efectividad sino del 100% al menos por encima del 98 o 99%". Para él, un sistema público sanitario no puede permitirse suspender del orden de las 5.000 operaciones al año si tiene una lista de espera por encima de los 20.000 pacientes.

La lista de espera quirúrgica también sufre bajas debido al número de pacientes que deciden abandonarla. Según los datos facilitados por el SES, hay entre 5.000 y 6.000 personas que salen de la misma por causas ajenas al sistema. Sólo el mes de febrero pasado se produjeron 680 abandonos, siendo la renuncia voluntaria el motivo de mayor salida (411). También se produjeron algunas inasistencias injustificadas (62) o se satisfizo la necesidad operatoria por otros medios, por lo general por la sanidad privada (169).

5,5 MILLONES En el presente año 2014 el SES ha decidido poner en marcha una estrategia de reducción de listas de espera, dotado con 5,5 millones de euros que ya ha empezado y se extenderá a lo largo de todo la anualidad. Este plan consiste en la contratación de equipos completos para que los quirófanos estén en funcionamiento por las tardes. A diferencia del modelo anterior de peonadas (que consistían básicamente en pagarle una cantidad extra a los mismos equipos de la mañana para que operasen por las tardes), lo que se contempla ahora es contratar a otros profesionales distintos, con lo que además se reforzará el empleo sanitario. Inicialmente está previsto contar con unos 150 profesionales en 2014.