«Mamá, ¿por qué no hay cromos de las chicas futbolistas y sí de los chicos?» Esta pregunta que Rocío, de 8 años, y María, de 5, hicieron a su madre fue el origen del particular álbum de la Liga de Fútbol Femenino que María Vázquez ha fabricado en su casa para sus hijas. La dificultad de encontrar las fotografías que necesita para terminarlo hizo que esta montijana, que trabaja en el digital cronicasdeunpueblo.com y en Esradio, pidiese ayuda por Twitter. En pocas horas obtuvo miles de retuits, medios de comunicación de ámbito nacional se han hecho eco de su iniciativa, ha recibido felicitaciones de jugadoras y aficionados y hasta la Liga Iberdrola se ha comprometido a echarle un cable para que lo complete.

María se muestra sorprendida con la repercusión que ha tenido su historia y se alegra sobre todo de que con ello se dé visibilidad al fútbol femenino. Sus hijas, que están «orgullosas y nerviosas» por el revuelo que ha causado la idea de su madre, son grandes aficionadas al fútbol, sobre todo al femenino por el club local Peña El Valle. Por eso pensó en fabricarles los cromos de sus equipos favoritos de Primera División: el Sevilla y el Barcelona. Pero una vez manos a la obra, a pesar de no resultar fácil y de tener que emplear muchas de sus horas libres, decidió ampliar la colección. Usó los cromos de la liga masculina, que sus hijas ya coleccionaban, para hacer una plantilla similar. Las fotografías las cogía de la página web de los equipos y también las pedía a fotógrafos que conoce: necesitaba una de la plantilla y otra de la jugadora en el campo (lo más complicado). El siguiente paso fue imprimir y plastificar los cromos para que Rocío y María los pudieran pegar en su álbum.

Aún faltan cinco

Hay 16 equipos en Primera División y aún le faltan cinco: Zaragoza, Albacete, Rayo Vallecano, Madrid Club de Fútbol y Sporting de Huelva. Pero tras el empujón de Twitter y la prensa está convencida de que lo completará en poco tiempo. «Cuando lo termine lo encuadernaré», explica María, a quien no le pesa emplear tiempo y esfuerzo en este proyecto. «Entre el trabajo y cuidar a las niñas es difícil, pero me gusta y me lo paso bien», asegura. María tiene otra hija de dos años y, aunque ya le da patadas al balón, no se preocupa por los cromos como sus hermanas. «A ella le interesa más Pepa Pig», bromea.

Rocío y María no van al quiosco a por sus sobres de cromos y tienen que esperar a que su madre se los cree, pero tienen la ventaja de que no le salen repetidos. María confía en que alguna empresa se anime a editar un álbum de la liga femenina. Si no es así, está dispuesta a volver a fabricarlo para sus hijas la próxima temporada.