El presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), Emilio Silva, lamentó ayer que "hasta ahora" la Ley de la Memoria Histórica que entró en vigor hace más de un año "no ha sacado a nadie de una fosa común", cuando los voluntarios de esta asociación han "exhumado a casi 2.000 personas". En ese sentido, el presidente de la ARMH aseguró no entender qué quiere decir "facilitar" la apertura de fosas comunes, que es el término que viene recogido en la ley, y consideró que el Gobierno central "podría acabar muy rápido con este problema".

Así, recordó que en diciembre se cumplirán dos años desde que esta ley entró en vigor, y destacó la "urgencia" en ponerla en marcha ya que "la gente que vivió esto es muy mayor y no puede estar esperando a que alguien de discutir" sobre esta normativa. Silva consideró "incomprensible" que haya personas que no apoyen la apertura de fosas. "¿Quién no puede estar de acuerdo en que salgan los padres de una persona que está viva, de una fosa y vayan a un lugar digno?", apuntó el presidente de la ARMH, quien reclamó "responsabilidad a todos los políticos en este sentido", apuntó.

Silva realizó estas declaraciones ayer en Mérida, hasta donde se desplazó para recoger el V Premio Julia Mayoral que la Federación de Mujeres Progresistas de Extremadura concedió a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica para reconocer su labor en favor de "la igualdad y los valores democráticos". Un reconocimiento que el presidente agradeció y que "tiene un calor especial", porque procede de una federación de mujeres, "que al final son las que sobrevivieron, las viudas de todos estos hombres que tuvieron que vivir como si esos crímenes no hubieran ocurrido". De hecho, en su opinión, "en Extremadura todavía hay mucho miedo en los pueblos", donde existe "gente que todavía no se atreve a hablar de la verdad de lo que ocurrió", dijo.