Calzadilla de los Barros es ya un nuevo símbolo para las víctimas del terrorismo y los garantes de las libertades. El presidente del Partido Popular vasco, Antonio Basagoiti; su homólogo extremeño, José Antonio Monago; y el alcalde de la localidad, Antonio Galván, inauguraron ayer el Bosque de los Presentes y un monolito en homenaje al concejal de Ermua asesinado por ETA Miguel Angel Blanco, nombre también que a partir de ahora lleva el polideportivo municipal.

Basagoiti se dirigió a todos los presentes en el acto para decir "gracias a los extremeños", a todas las gentes que han contribuido "a la libertad del País Vasco", y que incluso en muchas ocasiones han entregado la vida por ello, especialmente la Guardia Civil. Desde Calzadilla quiso agradecer este gran gesto a ellos y a sus familias, en un día que lo denominó de "agradecimiento al pueblo extremeño" y a todos aquellos que han trabajado como policías, obreros o profesores en la comunidad vasca.

El dirigente del Partido Popular tuvo un especial recuerdo para los extremeños que han fallecido a manos de los "asesinos terroristas" y para sus familiares y afirmó que su figura, junto a la del resto de víctimas españolas, será el "acicate que acabará con el terrorismo".

José Antonio Monago, por su parte, defendió que la colocación de placas y monumentos en recuerdo de las víctimas del terrorismo son un "elemento pedagógico contra el olvido" y no un "acto partidista" contra el PSOE, informa Efe.

Los 950 mártires

Tras estas palabras, los dos líderes populares, así como distintos alcaldes y concejales de la zona y diputados regionales, se desplazaron al Bosque de los Presentes , conformado por un lago arbolado que contiene unas 950 placas con el nombre y la fecha de fallecimiento de cada una de las víctimas mortales de los atentados terroristas en España. A continuación, se inauguró el Centro de Día de Mayores, en homenaje a Antonio Lancharro (un guardia civil víctima del terrorismo); y por último un monolito erigido en homenaje a Miguel Angel Blanco, que contiene manos blancas en su base. Está situado en el exterior del polideportivo municipal, que también lleva el nombre del edil asesinado.

El simbólico monumento ha sido objeto de dos actos vandálicos durante el último año, el primero de ellos al poco de ser instalado y el segundo días antes de su inauguración.

Todos estos actos inaugurales han sido objeto de polémica al acusar el PSOE extremeño a Antonio Galván de no haber invitado al acto a los concejales socialistas de la localidad ni a las instituciones regionales.

El alcalde y diputado provincial del PP desmintió estas acusaciones y dijo que no solo sí invitó a los socialistas y a los miembros de la asociación extremeña y nacional de víctimas del terrorismo, sino que además lo hizo oficial y personalmente.

Galván, que reconoció a este periódico no haber invitado oficialmente a la Junta y la Asamblea de Extremadura, tuvo palabras de reproche para el anterior vicepresidente del Ejecutivo autonómico, Carlos Sánchez Polo, quien les prometió que pagarían la mitad de estos gastos, algo que finalmente no se cumplió. El edil lamentó que el PSOE no haya sabido reconocer el enorme esfuerzo que ha hecho el pueblo por reconocer a las víctimas y acusa a los socialistas de convertir un acto de solidaridad en partidista.

También aseguró, respecto a los ágapes posteriores a los actos de ayer, que todo el pueblo ha sido invitado a la fiesta y a una copa "para brindar por la democracia que es lo que nos une".

Una fecha histórica

Recalcó que estas inauguraciones marcan una "fecha histórica" para esta localidad extremeña, debido a que el pueblo ha luchado durante más de 10 años para construirlos "sin ninguna ayuda" de otras instituciones. "A pesar de todas las espinas clavadas, por fin se cumple la idea de conmemorar y saludar a todas las víctimas del terrorismo", remarcó el alcalde.

El presidente extremeño del Partido Popular calificó la jornada de ayer como un "día de satisfacción" y abogó por "dejar a un lado la polémica", en alusión a las declaraciones del PSOE de Extremadura, que dijo que se trataba de un "acto partidista". Los vecinos de Calzadilla, subrayó, se tienen que sentir "muy orgullosos" de tener en su pueblo unas placas y monumentos que rinden homenaje a personas que "dieron todo" por la defensa de los derechos y las libertades, incluso su vida.