Hace más de tres meses que no tienen clase de una asignatura en el grado de Educación Infantil de Cáceres, en el grupo de las tardes. Desde que comenzó el segundo cuatrimestre, a principios de febrero, los alumnos del segundo curso de esta carrera se quejan de que no reciben la formación que les corresponde. En concreto, se trata de una asignatura llamada Atención psicoeducativa a la diversidad, obligatoria y cuatrimestral. Lamentan además que esto es algo que solo le ocurre a su grupo, ya que los alumnos de este grado que van a clases por las mañanas sí están recibiendo esta materia con normalidad. «Nos sentimos discriminados respecto a nuestros compañeros, es un agravio, y tenemos el mismo derecho que ellos a cursar esta asignatura y a tener un profesor fijo porque hemos pagado nuestras tasas», señalan los estudiantes.

Cada semana, deberían tener cinco horas entre clase y seminiario de esta materia: los jueves de 19.30 a 21.30 horas y los viernes de 18.30 a 21.30 horas. En este tiempo, los alumnos han presentado diversos escritos ante el decanato y el departamento en cuestión, sin obtener respuesta, dicen. «Desde que comenzó el segundo cuatrimestre habremos tenido seis días de clase en total y cada vez con profesores distintos que además no son especialistas y no saben resolvernos las distintas dudas que podamos tener; solamente nos han impartido dos temas del temario asignado».

Y lo que más les inquieta es que se acerca la hora de la evaluación final. Cuentan que algún docente les propuso ser evaluados mediante trabajos pero otros hablan de un examen, incluso les han lanzado la idea de recuperar el tiempo perdido durante el mes de julio. «No es posible realizar un examen habiendo tenido como mínimo tres profesores y habiendo impartido solamente dos temas», explican en uno de los escritos firmados por los alumnos. «Estamos totalmente desconcertados». Según cuentan, ayer parece que llegó el profesor definitivo que solucionará el problema, sin embargo, los estudiantes lamentan los más de tres meses que han estado sin docencia. «No es justo, tenemos el derecho de recibir una enseñanza teórica y práctica de calidad», concluyen.