Cuando el año pasado pidió el concurso de traslados para venirse de Madrid a Extremadura, no pensó que le tocaría vivir la situación en la que se encuentra. Soledad Alzueta es maestra de Primaria, natural de Navarra, y hace años se presentó a las oposiciones en Madrid. Aprobó y consiguió plaza definitiva en la capital, donde ha estado trabajando durante siete años. Tras este tiempo, su vida familiar la empujó a venirse a Extremadura y solicitó un concurso de traslados. El curso pasado Soledad ya trabajó como maestra en el pequeño colegio de Valverde de la Vera, donde se quedó como única docente, pero su sorpresa llegó cuando terminó el curso en julio. "Me dijeron que me habían metido en una lista de maestros desplazados y yo era la única maestra de ese colegio".

"Rápidamente tuve que volver a concursar para tener plaza este curso --lo hizo por primaria e ingles--, y al final me dieron una escuela de adultos en Losar de la Vera". Más lejos de su casa, Soledad, funcionaria de carrera, se ha quedado a cargo de un trabajo que antes realizaban dos personas y para un perfil distinto al suyo. Tiene que prepara e impartir clases a gente muy variopinta, entre ellos "estoy dando clases de 3º y 4º de ESO y asignaturas de ciencias para las que no estoy preparada para eso porque soy de Primaria Y no soy la única en esta situación. Además tengo que hacer tareas de gestión".

Asegura que la situación es "desquiciante y muy estresante" porque ha tenido que afrontar todo de golpe. Y todo ello sin saber "que va a ser de mi vida el próximo curso. Tendré que volver a concursar, me cambiarán de destino o a lo mejor me dicen que ya no soy necesaria", comenta esta funcionaria.