Que el consumo moderado de cerveza ayuda a mejorar la calidad nutricional de nuestra dieta es algo sabido gracias al refrendo de diferentes estudios. En el caso de la sin alcohol, una investigación dada a conocer ayer en Badajoz avala que su consumo puede incluirse en la dieta de aquellas personas que padecen hipertensión arterial, puesto que una caña al día aporta diez miligramos de calcio, potasio y muy poco sodio. Además tiene muy pocas calorías, 17 kilocalorías por cada 100 mililitros, por lo que puede ser "recomendable en dietas de adelgazamiento".

Estos detalles fueron aportados por la investigadora del Centro de Investigación Comunitaria (CREN) de la Universidad de Barcelona, Mercé Vidal, quien impartió una conferencia en colaboración con la Unión de Consumidores de Extremadura, en el marco de una campaña informativa junto al Centro de Información Cerveza y Salud.

Vidal recomendó el consumo responsable de cerveza ya que es una bebida natural de baja graduación que aporta al organismo ácido fólico, vitamina esencial para la vida celular; silicio, mineral que favorece los procesos de formación ósea y que parece interactuar con el aluminio, posible causante de algunos desórdenes neurodegenerativos; polifenoles, antioxidantes naturales que participan en la prevención de enfermedades cardiovasculares, o fibra, que mejora la hipercolesterolemia.

Estos valores han motivado el consenso en la comunidad científica, que señala que el consumo moderado de alcohol puede tener "efectos beneficiosos". A estos beneficios, en el caso de la cerveza se suma el contenido en antioxidantes naturales que previenen el envejecimiento celular. Por ello, ya se recomienda en la dieta de adultos sanos.