El borrador del nuevo currículo de ESO y Bachillerato que recorta dos horas la carga lectiva actual de la materia de Religión católica sigue su tramitación tras pasar ayer por la Mesa Sectorial de Educación. En esta, los cinco sindicatos representativos mostraron su opinión respecto a los cambios que se introducirán el próximo curso tras las dos últimas sentencias del Tribunal Supremo. Con más o menos discrepancias la mayoría acata y/o acepta la modificación realizada por la Consejería de Educación, que defiende que actúa arreglo a la doctrina fijada por la justicia. «Es más, el Supremo dice que hay que poner Religión en 2º de Bachillerato a no ser que la administración justifique argumentos necesarios por carga lectiva para que no se oferte y no lo hemos hecho, hemos decidido ofertarla sin más», insistió ayer la consejera de Educación, Esther Gutiérrez.

Subrayó que el borrador propuesto respeta la carga horaria mínima legal que establece la Lomce (seis horas semanales, una en cada curso de ESO y Bachillerato, y que supone dos horas menos que en el curso actual). «No entiendo dónde está la polémica», dijo. La consejera recordó que la diferencia respecto al currículo del PP vigente en 2015 es de solo una hora.

VALORACIONES / Desde PIDE consideran adecuada la decisión de la consejería de dejar la Religión católica con la carga lectiva mínima que marca la ley, pero sigue apostando por dar un paso más y sacar esta materia fuera del currículo y del horario lectivo. «Creemos que desplazar las enseñanzas de religión a la séptima hora permitiría mejorar la carga lectiva de materias y disciplinas científicas y humanísticas, ya que el hecho religioso está presente en la enseñanza, transversalmente en la mayoría de las materias».

El sindicato ANPE asegura que acata la sentencia del Supremo, recuerda que es firme y no recurrible, pero «queremos señalar el malestar existente en los centros educativos por las continuas modificaciones del currículo de Secundaria, ya que desde el 2015 son ya cuatro currículos distintos. Esto es una consecuencia más de la desvertebración existente en el sistema educativo español».

CSIF mostró su rechazo al borrador presentado y apuesta por mantener la carga lectiva de este año (ocho horas semanales), tal y como solicitaron ayer en la mesa. «Nuestra máxima en el nuevo decreto era conseguir que las plantillas docentes no se vieran perjudicadas con vuelcos en las cargas horarias de todas las especialidades, pero la consejería tenía otras prioridades». El sindicato denuncia la «precariedad galopante que va padeciendo este colectivo» y la menta que Educación no tuviera en cuenta la alternativa propuesta por CSIF al decreto del 2016 que generó la polémica.

Por su parte, desde UGT acatan y respetan la sentencia, aseguran. «Aunque lamentamos la pérdida de puestos de trabajo de cualquier colectivo pensamos que las condiciones laborales de los profesores de Religión, al no ser personal docente, deben ser abordadas desde el ámbito sectorial del personal laboral». Será el próximo lunes cuando se reunirá esa mesa sectorial que abordará de nuevo el borrador.

El sindicato CCOO considera que la actuación de la consejería es la «correcta», puesto que viene avalada por el Supremo. Destaca que apoyan a todos los trabajadores «pero defendemos una educación pública, gratuita y laica» y considera que el nuevo decreto no afectará demasiado a estos profesores.

LOS AFECTADOS / Sin embargo, desde la Asociación de Docentes de Religión de Centros Públicos de Extremadura estiman que en torno a un centenar de profesores se va a quedar en una situación de precaridad laboral con menos horas y, por tanto, menos salario. Conocida la opinión de los sindicatos de la mesa sectorial, este colectivo aseguró que se confirma el «afán persecutorio» de Educación hacia la Religión católica. «No nos podemos dar a engaño: la Junta está haciendo todo lo que está en su mano para llevar a cabo esta modificación a pesar de todas las enormes trabas que se encuentra en su camino», denuncia la asociación de docentes en una nota de prensa. Destacan que «a pesar de la actitud del Gobierno regional», siguen apelando al diálogo y al consenso con la consejería, «que es la empeñada en llevar a cabo otro innecesario cambio normativo», y agradece el «apoyo» de la sociedad extremeña. En esa misma línea, se expresó ayer la diócesis de Coria-Cáceres, que pidió al presidente de la Junta que favorezca el diálogo, como sí existe en otras instancias.

Desde la asociación de padres Apadex critican que la consejería vuelve a cometer los mismos «errores» del 2016, insisten en que se produzca una conversación entre las partes y denuncia que se han recortado «a la mitad» los plazos para presentar alegaciones al borrador.

También el presidente del PP, José Antonio Monago, se pronunció ayer al respecto y arremetió contra Fernández Vara: «ha tomado el pelo a los docentes de Religión, se ha choteado de ellos, creyeron en la palabra del presidente de la Junta de que iba a arreglar este tema y han visto como ha pasado el tiempo y les ha tomado el pelo». A su juicio, es «curioso» que se cercene la Religión católica, mientras se anuncian medidas para otras confesiones.

Por último, desde el sindicato USO Extremadura han iniciado una campaña de recogida de firmas contra la nueva reducción de horas de Religión que, hasta ayer, sumaba más de 1.600 apoyos.