Los trabajadores de más de 120 grandes empresas extremeñas secundarán la huelga general del 29 de septiembre convocada por UGT y CCOO contra la reforma laboral. Así de rotundo se pronunció ayer el líder regional del segundo de estos sindicatos, Julián Carretero. Este y su homólogo de UGT, Francisco Capilla, hicieron oficial ayer la convocatoria de huelga y retomaron la campaña de movilización para que el paro sea un éxito.

Carretero explicó que ahora se intensifica la campaña que, aunque ha estado al "ralentí" durante el verano, ya ha dado sus frutos. En este sentido, dijo que la práctica totalidad de los empleados de las grandes empresas extremeñas, más de 120 que cuentan con más de un centenar de trabajadores, ya han trasladado su adhesión a la huelga.

A las asambleas informativas por las empresas, se sumarán también los actos en las cabeceras de comarca y los grandes municipios de la región que protagonizarán estos dos líderes sindicales. Asimismo, el próximo jueves más de 500 delegados sindicales extremeños de UGT y CCOO acudirán a una gran concentración en Madrid, paralela al debate parlamentario de la reforma laboral. Al día siguiente, en Cáceres, los líderes nacionales de UGT, Cándido Méndez; y CCOO, Ignacio Fernández Toxo, participarán en un acto dentro de la campaña de movilización.

REFORMA CON PERJUICIOS A juicio de los dirigentes sindicales extremeños, la reforma laboral abarata el despido, mantiene la temporalidad y precariedad del empleo, margina a la contratación indefinida e incrementa el poder del empresario. Además insisten en que la norma surge en un momento de ajuste salarial a los empleados públicos y de congelación de las pensiones, y en el que se plantea una ampliación de la edad de jubilación y del período de cálculo de las pensiones.

El secretario general de Comisiones Obreras pronosticó que después de la reforma de las pensiones puede llegar el recorte del subsidio agrario, ya que al Gobierno le va a resultar difícil mantenerlo debido a la "aritmética parlamentaria" de la que depende. En opinión de los sindicalistas extremeños, el presidente del Gobierno acabó en el 2009 con la política que llevaba en línea con los sindicatos de protección social e inversión social para atajar la crisis, para convertirse en el "adalid del liberalismo a ultranza".

Por eso, explicó, la huelga general persigue cambiar la política de un Gobierno que "está actuando contra los más desfavorecidos, después de engañar a los trabajadores que le dieron su voto para que gestionara desde un punto de vista social", sentencian.

Según los líderes sindicales, el éxito de la huelga es más necesario en Extremadura debido a su tejido productivo y la precariedad de su empleo, y porque los datos del paro registrado de agosto demuestran que la reforma laboral no crea empleo indefinido.

"EL PRIMER EXITO" Para Carretero el "primer éxito" de la huelga llega con la marcha del Gobierno del ministro de Trabajo e Inmigración. Según este, la huelga general "se ha cepillado" a Celestino Corbacho, en referencia a la posibilidad de que el ministro concurra en las listas del PSC a las elecciones catalanas de otoño, por lo que abandonaría próximamente el Gobierno de Zapatero. "Corbacho se ha distinguido por ser, probablemente, el peor ministro de Trabajo de cara a los intereses de los trabajadores en toda la historia de la democracia en este país", dijo el líder de CCOO, así que "bienvenida sea su marcha", dijo.